—Y no voy a permitir que vea lo que hay en su interior —concluyó Gustavo, avanzando lentamente hacia la mesa donde descansaba el cofre recién abierto. Sus ojos oscuros se clavaron en Valentina, destilando un odio frío y obsesivo.
Los dos hombres que lo acompañaban se desplegaron a sus flancos, observando al grupo con una amenaza silenciosa. El comedor, se había convertido en el escenario de un enfrentamiento peligroso.
Richard se interpuso entre Gustavo y Valentina, con los puños apretados.
—No te dejaremos acercarte, Gustavo. Este cofre pertenece a Valentina.
Javier se colocó al lado de Richard, su rostro mostrando una mezcla de rabia y determinación.
—Te advertimos que te mantuvieras alejado. No tienes nada que ver con esto.
Magaly se aferró al brazo de Javier, temblando pero sin apartar la mirada de Gustavo. Incluso la madre de Javier y Elena, aunque confundida, parecía percibir el peligro y se acercó un poco más al grupo, como buscando protección.
Gustavo soltó una