El aroma a café recién molido y a pan dulce invadía el ambiente del "Café de la Concordia" mientras Joren se abría camino entre las mesas. El lugar estaba lleno de vida, con conversaciones que se mezclaban en un murmullo constante y el tintineo de las cucharas contra las tazas de cerámica. Sus ojos escanearon la cafetería, buscando la mesa cerca de la ventana que el licenciado King le había indicado. Finalmente lo vio, la figura imponente de un hombre que había sido una parte fundamental de su formación.
El Licenciado King estaba sentado, con una taza de café humeante frente a él. La imagen que Joren tenía de él por las fotografías no hacía justicia a su presencia. Era un hombre de mediana edad, con el cabello negro corto y un rostro de facciones marcadas, que transmitía una seriedad casi intimidante. Llevaba un traje oscuro, elegantemente cortado, con una camisa negra y una corbata plateada con un patrón sutil, un atuendo que reflejaba su poder y su posición. Sus manos, con los dedos