Han pasado 50 años desde que un virus comenzó a convertir a la civilización en criaturas mutantes, el gobierno no pudo contra tal amenaza y los estados fueron destruidos para quedar solo pequeñas comunidades que día a día luchan por sobrevivir. Una comunidad ubicada en Covenant, día a día lucha por la supervivencia con grupos de exploración que salen a buscar suministros a las cercanías de la gran ciudad de Boston. Esta es la historia de Sarah es una joven de 15 años que ya cumplió la edad para empezar a hacer las expediciones, sin saber las cosas que esta a punto de vivir en el exterior
Leer más-En esta época del año el frio aumenta de manera insoportable, la nieve empieza a cubrir todo sitio y la comida es más difícil de conseguir, por suerte los grupos de sobrevivientes son más inactivos, pues es en verano cuando solemos verlos salir y ser una amenaza; gracias a Dios no moriré de un disparo en la cabeza, mi nombre es Sarah…y mañana tendre mi primera expedición fuera de Covenant.
Sarah termina de escribir en su diario, al subir la mirada observa su ventana, la nieve empieza a cubrirla por completo y la sensación de frio se empieza a notar por la habitación, da la vuelta en su vieja silla con ruedas y mira su reloj, las 10:00 PM.
Sarah camina lentamente hacia su pequeña estufa de leña, calentándose un poco, cubriendo su largo cabello rubio tan claro que hasta podría ser blanco. Con su diario en mano lo pone encima de un estante, sus notas por si muere, un legado, su historia personal.
Ella se recuesta en su cama y mirando el techo, a la nada, pero a la vez a todo, teniendo casi nada en que pensar, solamente se tapa con sus pieles de animales. Se retuerce en la cama, intentando encontrar una manera cómoda de dormir, pero la expedición de mañana viene a su cabeza y con esto, el nerviosismo.
-No nos hemos encontrado problemas en cuatro meses, seguro que no pasará nada- piensa –Pero podrían llegarnos por desprevenidos- se contesta.
-Vamos, Sarah- hablándose a sí misma, -Has entrenado muy bien, sabes controlar tu arco, rastrear presas e inclusive los primeros auxilios se te dan bien-
-Pero no eres buena con las armas de fuego, si algo sale mal tienes que usarlas, y eso podría significar tu muerte- piensa, finalmente se calla ella misma, esto no lo está ayudando, finalmente, tras mirar el techo por un amplio rato, se queda dormida.
Sarah se encuentra en medio de un bosque donde los arboles están casi congelados, al mirar al cielo no distingue si es de noche o madrugada, está completamente sola. - ¿Chicos? - dice temerosa –C…creo que me perdí….¿están ahí?-
Ella camina un poco, asustándose incluso de sus pasos que se hunden en la nieve, cada vez que camina, sus pies se hunden, casi hasta el grado en el que cree que si cae será enterrada completamente, es cuando el ruido cambia, un ruido charcoso, como agua estancada
Sarah empieza a notar un inconfundible olor a hierro, al mirar a sus pies lo ve, ese líquido vital carmesí, es sangre, algo ha pasado, y al mirar adelante solo ve lo que podría describir como una carnicería humana, los restos de sus compañeros.
Sarah no sabe que pensar, su mente esta en blanco, pero su mirada es de horror absoluto, es entonces que un grito desgarrador viene más adelante, ella inmediatamente corre para ver de qué se trata, intentando no pisar alguna extremidad u órgano desperdigado, al llegar a donde provino el ruido lo ve, uno de sus compañeros siendo atacado por una figura humanoide, en el suelo.
El compañero grita mientras encima de él se encuentra eso atacándolo, Sarah ve como esa cosa intenta hacerle algo y es cuando el compañero nota su presencia.
-¡SARAH…..CO.!- ni siquiera termina la frase cuando esa cosa hunde su cara contra el cuello del acompañante, después de un grito ahogado y con mucho ahogo de sangre, la tráquea del compañero es sacada por lo que podría describirse como la boca de su atacante.
Sarah retrocede un momento, intentando no alertar a eso, pero es en vano, la figura notó su presencia también, se levanta, en efecto, es un humano, Sarah puede ver su aspecto, cabello manchado de sangre pero podría intuir que es rubio, porta una máscara o lo que ella quiere creer que es una máscara, pues es tan realista y detallada y tan pegada a la piel de su rostro que podría confundirse con su propia piel, la sonrisa de “la máscara” es brutal, casi de oreja a oreja, si en verdad eso es una máscara, ¿Por qué cambiaría las expresiones de la boca? Se pregunta ella en silencio, y lo que es peor, los ojos de “eso” son amarillentos y rojizos.
Cuando Sarah da un paso hacia atrás, la cosa también lo da, pero hacia ella, y a eso no parece afectarle la ralentización de la nieve, camina como si nada pasase. Sarah se gira y corre lo más rápido que la nieve y sus pies le dan fuerzas, mira hacia atrás y no ve nada, la cosa había desaparecido.
Sarah respira agitada viendo hacia atrás, la cosa se ha ido, pero automáticamente lo siente, en su espina dorsal, ese frio más allá del clima, algo está detrás de ella. Ella traga saliva, cierra los ojos y finalmente decide voltear……ella despierta de su pesadilla agitada.
Sarah se sienta sobre la cama, viendo el reloj, el sol aun no sale, pero su estómago gruñe.
-No debí preocuparme tanto, maldición. - dice ella mientras se toca el estómago con hambre, mientras que se levanta y se dirige hacia su mesa con algunas frutas, comiendo algunas de ellas y atándose el cabello haciéndole una cola de caballo, después toma su guitarra y volviendo a su cama, empieza a tocar una melodía, las notas que salen del instrumento son algo tristes, al igual que la letra que ella murmura, no canta en voz alta por vergüenza.
Mientras su melodía prosigue, no nota que la puerta se empieza a abrir, una chica joven de cabello rojizo y pecas, ojos café claros y una gorra de tela con un logo de La NASA se queda escuchándola con una sonrisa.
- ¿Nerviosa otra vez? - pregunta, interrumpiendo la melodía
-Siempre estoy nerviosa, Verónica. - contesta Sarah a su amiga Verónica, quien se encuentra en la puerta
- Es eso o tuviste un mal sueño, siempre que tocas la guitarra es por esas pesadillas. - le dice
Verónica se sienta al lado de Sarah.
-Mira, Sarah. Sé lo que se siente, en mi primera expedición me moría de los nervios, vomite y casi me desmayo en la reunión……pero luego te das cuenta de la realidad, las criaturas son escasas cada día, no hay rastro de las otras comunidades y el frio es una ventaja. -
- ¿Y si me encuentro con un grupo hostil o algo peor? - le pregunta Sarah
-Simple, solo procura no morirte rápido- dice su amiga tomándola de sus manos, Sarah queda un poco agobiada con sus palabras, su tono fue muy serio y triste, recordando como perdió a su hermano el año pasado, su dolor, aunque cada vez más pequeño sigue latente en ella, lo mucho que costo superar tal perdida, sin embargo, empieza a reír.
- No estás sola, Reiner me asigno contigo- le cuenta Verónica la sorpresa.
- ¡No inventes! -
Verónica tumba a Sarah en la cama y subiéndose encima de ella
- ¡Claro que no, querida! -
Ambas se miran fijamente y Verónica toma la iniciativa besando a Sarah, notando como lo suyo no es simplemente una amistad, pasan un rato en esa misma posición, pues el clima entre ellas es cálido y cómodo.
-mm……Reiner nos espera…- dice Sarah sin separar sus labios de Verónica.
Ambas se separan.
-Sí, sí, cuándo volvamos con vida celebraremos- contesta Verónica.
Ambas se ponen de pie y salen de la cabaña observando el paisaje, un asentamiento pequeño con una calle amurallada, un total de 45 personas residen ahí, en la entrada del asentamiento un sujeto anciano de cabello blanco y una herida en el ojo espera a las chicas. Es Reiner, el líder de la comunidad, el hombre que permitió que Sarah se quedase en Covenant hace dos años cuando el hermano de Verónica la encontró herida.
-Otra vez tarde, Verónica- dice Reiner con una voz profunda.
-Lo siento, señor. Tuve que ir a despertarla, ya sabe, es su primer día. - contesta Verónica a Reiner.
- Bien, ustedes dirán ustedes en compañía de Duck y David. - ordena el Líder de Covenant
Duck es un hombre mayor, rondando los 40 años, campera verde, cabello castaño y barba, mientras que David es un joven de apenas 22 años, cabello rubio y atado, es un bufón irresponsable muy conocido en la comunidad, no quieren ir con él en las expediciones, pero lamentablemente no hay opción.
- Duck, es la primera expedición de Sarah, te pido de favor que la protejas y le ayudes a aprender cosas. - pide Reiner amablemente, pero al mismo tiempo con firmeza
- Claro, jefe. Sin problemas-
El líder de Covenant seguido ordena a verónica -Verónica, prioriza los suministros médicos, sabes muy bien las cosas que necesitamos y lo que no, estamos escasos en esto. -
- Entendido, priorizar suministros médicos. -
-Bien, tomen lo que crean necesario y partan con mucho cuidado. - se despide Reiner, quien se retira tras decir eso mientras que el grupo parte al arsenal, este se encuentra bastante variado en armamento.
Sarah mira a Duck y Verónica colocándose un chaleco antibalas para emergencia, por lo que decide hacer lo mismo, al girar ve que David es el único que no lo utiliza.
- ¿El no usará chaleco? - pregunta Sarah, a lo que Verónica le contesta -Dice que no lo necesita, que lo hace lento. -
-Si…lo hará un cadáver si no lo utiliza- dice Duck.
Sarah observa el arsenal que puede tomar, tomando un arco y unas flechas y una pistola 9mm para emergencias, además de un cuchillo. Verónica opta por tomar un rifle de caza y una pistola semi-automática, Duck sigue el ejemplo de Verónica y toma lo mismo, por ultimo David toma una escopeta de 6 cartuchos y un revolver.
- ¿Él está capacitado para eso? - pregunta Sarah
- ¿Qué cosas dices? Claro que sí. Si no se ha muerto es por algo- responde Verónica
El grupo sale del arsenal para caminar a sus caballos y así emprender el viaje. Sarah siente nervios al ver las puertas de Covenant abrirse lentamente, pero Verónica está a su lado para calmarla.
- Tranquila, todo estará bien. – Intenta tranquilizar Verónica a su amiga, quien nerviosa responde con una pregunta - ¿Es…estas segura?-
- Claro, este será un nuevo amanecer para ti. -
El grupo sale del asentamiento y las puertas se cierran.
Tras un viaje de varias horas, varias camionetas preparadas para una situación de emergencia llegan a lo que parece ser el refugio de la Legión, es un pequeño barrio muy bien amurallado con torres de vigilancia, hay varios soldados en cada una alumbrando con linternas, no es un sitio fácil de ingresar. - ¿Todos listos? - pregunta Zack. Aiden le señala con el pulgar hacia arriba, en eso Zack y Jacob avanzan mientras que los francotiradores del grupo de Aiden apuntan a los vigilantes. -Disparen. - dice Aiden. Los francotiradores aciertan en los blancos, dejando paso libre a que los demás miembros coloquen escaleras en los muros, Matilda acompaña a uno de los grupos mientras se adentran en el refugio. Zack avanza por dentro con un arma silenciada, Jacob va con él. - Aquí nos separamos…-dice Jacob, Zack le indica -Cuidado, recuerda lo que debes hacer.- Jacob se separa de Zack, dirigiéndose hacia una zo
Reiner se encuentra sentado en la cama de su habitación, bebiendo un trago, su rostro denota preocupación, a su lado tiene un walkie walkie encendido, está esperando un mensaje, de pronto este empieza a sonar a estática y él lo toma para recibir el mensaje. -Está hecho. - suena en el radio, el cual deja de transmitir, eso es todo lo que necesitaba dar a entender y Reiner lo hace de inmediato, él bebe aún más a la par de que lagrimas empiezan a salirse de sus ojos, ha hecho algo que no quería, a cambio de salvar el Santuario. Reiner deja el walkie talkie sobre una mesa, del otro lado de la comunicación, quien tiene el otro walkie talkie lo guarda en su bolsillo delantero, es Isaac. -Ahora solo queda una cosa más por hacer- dice Isaac mientras que enfrente de él, sentada enfrente suyo y con una bolsa de cuero cubriendo su cabeza se encuentra Sarah, ambos están en un vehículo conducido por sus soldados. Isaac sonríe. Edward y Zack mantiene
Matilda despierta en una celda, la misma de aquella ocasión, ella se siente incómoda y con miedo, pero de pronto las celdas se empiezan a abrir, ella se pone contra la pared con miedo, pero cuando las puertas se abren nadie entra. Ella sale un momento, fijándose por los largos pasillos, todas las celdas se encuentran abiertas, es de noche y solo las lámparas del techo iluminan los pasillos, un trueno se escucha, asustando a Matilda, quien se hace para atrás, pero algo es distinto, las celdas ya están cerradas, lo hicieron sin hacer un solo ruido, ahora solo le queda caminar. Sus pasos se escuchan con un gran eco, algunas luces empiezan a destellar, ella empieza a sentir un frio que recorre su espina dorsal, en ese momento escucha las risas de los dos hombres que abusaron de ella a lo lejos, ella se asusta y se pone contra una celda. - ¡Esta si es de las que me gustan! ¿Tú qué opinas? – dice el eco de uno de ellos - ¡Perfecto! ¿Quién será el primero? -
Han pasado varias semanas desde el establecimiento en Santuario, posiblemente los días más pacíficos que han pasado Zack y Sarah en toda su vida. La amistad entre Sarah y Matilda se ha fortalecido mucho desde entonces, cosa que no pasaba cuando intentaban sobrevivir con Gwen, quien se encuentra aún pensativa por lo sucedido esa noche. Por su parte, Zack se ofrecía en muchas expediciones voluntariamente, a pesar de que no se lo pidiesen, ir en grupo junto a Reiner y Vlad era toda una odisea, inclusive al tercer día repararon el auto que quedó varado en la autopista y fue a pasar todo un día con Yuno, parece que ya le había tomado aprecio a la joven, Sarah no se equivocó en esta ocasión. Sarah observa como Zack vuelve a Santuario al amanecer, al bajar del vehículo tiene una bolsa llena de cosas metálicas. - ¿Y eso?. - le pregunta ella, -Yuno me los dió, le dije sobre la tecnología que usaban aquí y creyó que algunas cosas para armar trampas serian buenas……tal v
Gwen toma sus cosas y se dirige a la entrada, a la espera de que las puertas se abran, pero alguien la detiene, es Jacob.- ¿Te vas tan pronto? - le dice el, ella solamente voltea –Tengo que hacerlo, tengo que acabar con esto, hermano-. - ¿Estas segura de esto? - le pregunta Jacob –Sabes muy bien que me contuve cuando me reencontré contigo en la gasolinera junto a esos amigos tuyos. - le dice Jacob -Lo sé, y estoy más que lista, no me vas a detener si es lo que tramas. - le contesta Gwen decidida, Jacob suspira –Lo sé, sé que no te puedo detener, solo quiero pedirte que acabes con ese hijo de puta de mi parte. - le dice, Gwen asiente. -Lo haré, hermano. - contesta ella, seguido de esto Jacob abre las puertas del Santuario y ella se retira caminando, a pesar de las insistencias de Jacob, él sabe cómo es su hermana, sus cinco reglas se mantienen a pesar del tiempo, aunque las puertas siempre estarán abiertas para ella como dijo Aiden. Jacob recuerda que además d
Tras la larga reunión con Aiden, el grupo queda libre por la Covenant, este lugar es bastante grande, como una mini ciudad, hay desde un comedor hasta una cancha de futbol, a pesar del gran tamaño no hay tanta gente como se pensaba, el lugar debe rondar por los 100 habitantes, quizá un poco más.Zack va al taller donde Jacob llevo la armadura, pues la curiosidad por tal tecnología le hace querer saber más, en ese lugar hay una mujer de unos veinte años, con su cara marcada con cicatrices, gafas y cabello blanco, usa unos audífonos con los que escucha música a todo volumen, esta está concentrada desmontando la armadura.- Hola…- saluda Zack, pero la música no permite que la mujer arreglando la armadura lo escuche- ¿Hola? - vuelve a decir Zack, extrañándose de esos objetos en las orejas de la chica, pues no conoce los audífonos por lo que no entiende po
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