Desde que ganó una beca completa para estudiar en una de las universidades más prestigiosas en Londres Verónica se ha dedicado al 100% a mantenerla. Terminó sus estudios en arquitectura como una de las mejores alumnas y aun cuando el mundo laboral le esperaba, no iba a entrar a él sintiéndose la misma virginal mosca muerta de siempre. Después de cinco años dedicada completamente a su universidad decide que es momento de soltarse y en su noche de graduación asiste a un baile de máscaras dispuesta a vivir la vida de estudiante que no tuvo, además todos estaban usando antifaces y era válido un poco de locura. Un apuesto hombre de voz grave no solo la convence de aceptarle un trago, también le da la noche más ardiente de su vida y la misma donde pierde su virginidad. Ninguno se dijo su nombre, estaban seguros que no se volverían a ver, pero él no pudo olvidar esos ojos y solo sintió el mundo acabarse cuando unos años después los volvió a encontrar en la nueva novia de su hijo. Preston Harrington ya tenía la vida resuelta, estaba por casarse con una buena dama y al fin sus hijos se estaban llevando bien, pero cuando esos enormes ojos castaños con ese peculiar toque verdoso se posaron en él antes de saludarlo, entendió que el pecado convertido en mujer había llegado a su casa y estaba de la mano de quien menos esperaba.
Leer másEl joven fotógrafo intentaba llamar su atención, pero su rostro estaba acunado en dos manos y un beso delicado terminaba en sus labios. La manera que solo pudo ampliar la sonrisa cuando se encontró con los ojos castaños de su prometido fue capturada en las cámaras profesionales del equipo que había sido contratado para aquel evento.
Sentía el corazón latiendo agitado, la mente estaba revuelta en ideas y la manera que el día ha empezado solo la hace remontarse a la tensa conversación que tuvo unas horas antes de la cena ¿y si era verdad? ¿y si todo lo que él ha dicho es cierto? ¿podría continuar con su compromiso?
Miró a su ahora prometido al lado de ella, moviéndola como si fuera un pequeño títere que cuando se encontraba con las cámaras ampliaba una sonrisa. Suspiró de forma pesada viendo a todos lados y cuando se encontró con los ojos dorados de ese hombre quien solo elevó su trago ante ella en la distancia, pasó saliva y clavó su mirada en el fotógrafo que le pedía que sonriera.
De pronto el anillo en su dedo se ha ajustado dos o tres tallas, el peso en su pecho le ha robado un poco el aire, por lo que solo cerró los ojos y trató de contenerse. No podía ser cierto y si lo era ¿Qué más da? Eso pasó ya hace mucho tiempo, claramente todo ha cambiado desde esa noche y ella no era la misma mocosa que se había perdido la vida siendo la mejor de su clase.
—¿Estás bien?—la voz de su prometido la hizo elevar su mirada.
—Sí, sí, un poco…—sonrió cuando no pudo continuar—creo que iré arriba a refrescarme un poco, han sido muchas emociones y no quisiera salir en el resto de las fotografías sudada y con el maquillaje corrido.
El solo frunció el ceño, acunó su rostro y la miró de frente. Una sonrisa de orgullo se desplegó en su rostro por lo que ella acarició sus manos. Estaba enamorada, de eso se encontraba segura, pero en aquel momento la pregunta que hacía eco en su cabeza era sin duda otra.
—Para mí luces perfecta—respondió este con voz grave—pero ve, ve a ponerte aún más guapa—le llevó todo el cabello largo hacia atrás y le besó la mejilla, acariciándole luego la oreja con un beso—si te pones una bonita tanga de encaje podría hacer que la fiesta termine rápido para luego subir a arrancártela.
La sonrisa fue coqueta en la chica quien solo pudo asentir, recibió el beso con rapidez en sus labios y apenas logró darse la vuelta buscando el interior de la preciosa mansión. Sus pasos eran apurados y cuando el caballero notó la figura en la escalera no dudó en dejarle su trago a un mesero e ir por ella.
La manera que la seguía parecía la ruta al mismo infierno, el perfume femenino ha inundado ya el pasillo y sabe bien a donde se dirige. Si es descubierto en aquel momento las cosas se saldrían de control, pero ya no puede mantener al margen todo lo que ha pensado, sentido y soñado en el último tiempo.
Cuando ella lo notó antes de ingresar a la habitación dio un brinco en su lugar y solo pudo pasar saliva, ya estaba en la habitación que ha compartido con su ahora prometido y no pudo hacer más que dar un paso hacia atrás cuando él, su suegro, ingresó también, cerrando la puerta y poniendo incluso el seguro.
—¿Necesita algo señor Harrington?—consultó con un delicado hilo de voz.
La oscuridad de la habitación apenas delineaba las figuras por las luces externas que iluminaban el evento. La música se colaba como una melodía más suave, las conversaciones eran ecos de un murmullo que no se escuchaba demasiado bien, pero eran los timbales de ambos corazones lo que en aquel espacio causaba incomodidad auditiva.
—¿Señor?—detalló en su boca, viendo como este dio un paso hacia ella.
—Ahora estás comprometida con mi hijo—él fue grave, claro que ese tono era único y erizaba donde nadie más lo había conseguido. El nuevo paso que lo acercó a ella prácticamente la hizo tiritar—y solo hay una cosa que no me dejó de preguntar.
Notó como el cuerpo femenino soltó un pesado suspiro, se estremeció incluso completo cuando él se pegó más a ella y le elevó el rostro desde el mentón. Sus miradas se encontraron cargadas de pasado, de misterio y un secreto que si sale al mundo podría arruinar lo que los dos ya consiguieron.
—¿Qué?—alcanzó a preguntar en una voz trémula.
—¿Ya has olvidado como se siente mi lengua recorriendo cada rincón de tu cuerpo?
Cuando el avión aterrizó la joven solo dibujó una tibia sonrisa. Su rostro fue acunado en manos grandes que la hicieron cerrar de inmediato los ojos porque sabía bien que venía un delicado beso y así fue. Su esposo se abrió espacio en su boca de una forma deliciosa que logró que ella solo se colgará de su cuello mientras se perdía en el placer del momento, siendo interrumpido apenas por una aclarada de garganta. Verónica volteó los ojos viendo la sacada de lengua que Ava le dio cuando pasó cerca de ellos bajando del espacio de primera clase que todos han tomado para hacer ese viaje grupal a la preciosa Toscana. Si bien Verónica, en su trabajo que le llevó casi ocho meses con un poderoso hombre siciliano, terminó quedándose un año en Italia ya conocía la lujosa región, le ha obsequiado el viaje a su socia Ava y a su esposo antes de que llegue el segundo sobrino que todos con ansías esperaban. Con una tibia sonrisa Verónica miró al espectacular hombre que se puso de pie a su lado, su a
Se encontraba dando la cuarta vuelta en la sala de su casa donde su familia, amigas y familiares de las mismas se han reunido para escuchar el veredicto final de lo que ha sido un juicio largo, lleno de muchas pruebas, tormentoso entre los caóticos actuares de los implicados, pero que así como ha avanzado el tiempo lo ha hecho también el mismo llegando, casi dos años después de haber vivido ese día que parecía hasta irreal de alguna manera, la oportunidad de ver al fin a esas crueles personas condenadas de la forma que merecían.Los juicios han sido variados, los tres implicados fueron juzgados en forma individual y luego como miembros de una misma red. Adele fue absuelta de ciertos cargos y se le condenó a treinta años en prisión con posibilidad de libertad condicional una vez cumplido un período continúo de quince años, según su hermano le explicó esto se debía a que la joven había sido parte clave para la policía por no solo hablar con la verdad desde el primer momento que se supo
Corrió una toalla pequeña por el espejo empañado para encontrarse con su reflejo tras salir de un baño que, si bien se sintió largo, sin duda fue más que necesario. Se vio ojerosa, cansada y con la mirada como ida en puntos que no tenían que ver con lo que podía ver, sino como congelada en esos momentos donde ella se tuvo que dar valor y conseguir encontrarse con una versión poderosa que le ayudará a continuar con el plan que empezó a nacer desde que la sospecha sobre su novio con un asistente de su trabajo empezó a nacer de ella.Sabe bien que mucho pudo haber sido más fácil si desde la primera vez que sintió algo raro en Ashton, en los perfumes florales que llegaban en sus prendas o esos horarios de trabajo que eran un poco extraños lo hubiera dejado, pero al mismo tiempo comprende que todo lo que pasó, el tiempo que aguardó, las mentiras incluso que creyó, ayudaron a no solo librarla de una condena que pudo haber sido ejecutada sobre ella o sus amigas en el futuro, también ayudó a
Se ha apretado a la mano de su hermano todo el viaje y aunque todo el cuerpo le temblaba, aun con el largo abrigo que Enric ha puesto sobre sus hombros, las lágrimas dejaron de salir y todo lo que visualiza lo hace desde una perspectiva casi tridimensional. Se ve así misma en dos puntos de ese espacio, uno sentada al lado de Enric quien intentaba calmarla con agua y té tibio que han llevado ante ella y la otra como flotando entre el techo, los pasillos, viendo los salones de la comisaria donde fue llevada en un desvió que claramente no estaba trazado en los planes.En esa versión de ella andando sin aire, sin tiempo, sin fuerza como un fantasma que puede ver, pero no ser vista observó la sala donde Ava y Edwin fueron llevados, en otra diferente se encontraba el padre de la rubia, preocupado de la situación en la que su hija se ha involucrado y Jessica se daba a la tarea de expresar por quinta o sexta vez su conexión con las mismas.El tiempo se mueve como una medida que siente en su p
Cuando los castaños ojos se posaban en él, el médico solo le sonreía de manera delicada a la jovencita que al lado de su suegra y con su amiga rubia más ese enorme chico que claramente tiene una reputación no sana de violencia, lo tenían completamente nervioso. No ha sabido hablar bien, se pone a reír cuando se traba y al parecer olvidó que le había dicho que tenía siete semanas porque de pronto empezó a hablar del embrión de seis semanas, pero Verónica le siguió el juego y Judy solo podía fruncir el ceño viendo la dinámica en el lugar.Desde su espacio Verónica la notó tomando el celular de su bolso y marcándole a su esposo, pero la llamada la dirigió de inmediato al buzón de voz, luego vino la llamada a Adele y lo mismo sucedió, siendo Constantine el último, pero recibió el mismo silencio, lo que empezaba a incomodarla y eso era más que obvio para Verónica.El doctor se puso de pie para indicarle que ya iban a preparar la sala de radiología, por lo que los cuatro quedaron en soledad
Se estaba terminando de alistar cuando la puerta del baño se abrió sin siquiera un previo aviso, afortunadamente ya había hablado con Ava sobre la coordinación de su desayuno, por lo que solo arqueó una ceja viendo a un Ashton de cabello alborotado y ojos pequeños que no parece ubicarse bien en donde estaba, quizá se ha pasado con las gotas que le dio porque no solo pasaba de las ocho de la mañana, también el joven tuvo muchas dificultades para despertar, además que en toda la noche ni se movió.Terminó de aplicarse el brillo labial y solo guardó todo en su bolsita de maquillaje viendo a Ashton como tambalearse en el marco de la puerta. Cuando se fue casi de boca no dudo en acercarse y tomarlo de la cintura, estabilizándolo lo más que podía, pero el joven estaba como perdido en el efecto del clonazepam que aun navegaba en su sangre.—¿Qué hora es?—preguntó con voz grave.—Creo que después de las ocho no estoy segura, Ava pasará por mi en este lugar, ¿estás bien? ¿te ves cómo raro?—No
Último capítulo