El aire en el edificio comenzó a pesar de nuevo, esta vez de una forma mucho más palpable. La tensión entre Samantha y Alexander seguía creciendo, no solo por lo que habían presenciado, sino por lo que sabían que estaba por venir. El objeto que Samantha había sostenido momentos antes, ahora guardado con sumo cuidado en su mochila, era una fuente de poder desconocido. Ambos sabían que la clave para entender lo que sucedía estaba en ese objeto, pero también sabían que eso significaba que el peligro aún no había pasado.
A pesar de las sombras que habían logrado repeler, la sensación de estar vigilados persistía. Los pasillos del edificio no solo estaban envueltos en oscuridad; ahora parecía que los propios muros los observaban, como si el lugar estuviera cobrando vida, adaptándose a sus movimientos. Era como si el edificio estuviera consciente de su presencia, como si algo mucho más grande y oscuro los estuviera esperando.
Samantha y Alexander no podían permitirse perder el tiempo. Mient