—Pero... ¿Cómo? —Limpió sus lágrimas en medio de una sonrisa emocionada. —¿Qué significa esta escena tan adorable? —Miró a los niños frente a ella, todos tienen disfraces de animalitos y son hermosos.
—Sé cuánto te fascina ser chef, pero también recuerdo que una vez me contaste los deseos que tenías de ser dueña de un orfanato para darles una vida digna a los niños que refugiaras. —Le entregó los papeles. —Por eso te hice firmar esto, quiero que ese sueño se te cumpla. —Besó su cabeza. —Y también quiero que sepas, que nuestra hija y yo seremos los primeros patrocinadores, por ello donaremos constantemente. —Ana no se lo podía creer, ¿Realmente ella le brindaría seguridad a otros niños?
—¡Gracias! —Se abrazó a él con fuerza y rápidamente se centró en los pequeños que la miran con algo de cautela. —Hola, corazones. —Se arrodilló para quedar a sus alturas, ellos no pasan de los 5 años. —¿Cómo están?
—¿Por qué llora? —Una de las niñas la miró curiosa. —¿También te lastimaron? ¿Quier