Capítulo 32: Bajo amenaza
El silencio que reinaba en la sala de juntas era denso, casi táctil. Como si las paredes supieran que estaban a punto de escuchar algo que no debían.
Carter fue el primero en hablar. Su voz, grave y tensa, rompió el aire como un cristal astillado.
—¿Estamos completamente seguros de esto?
Cruzó los brazos, su expresión endurecida por la incredulidad. Frente a él, Daniel ladeó la cabeza con una mueca amarga.
—Lincoln Jones no es solo un cliente. Es una bomba con traje de diseñador.
Los ojos de M