─────•••───────
Cindy
Estaba terminando de ajustar los últimos detalles antes de salir. Ya había caído la tarde y debía irme al trabajo. Metí mi uniforme en la mochila el cual había traído para lavar y ya estaba impecable.
Habían pasado varias horas, pero algo dentro de mí seguía hirviendo. Delacroix… siempre Delacroix. Sus palabras seguían martillándome la cabeza como un maldito eco interminable. "Solo follamos. Y ahí es donde deberías meter tus narices."
¡Maldito imbécil!, me gustaría coger un cohete de eso de la NASA a ver si puedo llegar a donde está su puto ego.
No digo que esperara un poema o una declaración apasionada, pero eso… Eso fue una bofetada de realidad que no pedí ni quería. Me dolió más de lo que jamás admitiría en voz alta. Claro, él tenía razón, por supuesto, pero había maneras y maneras de decir las cosas. Esa verdad cruda y desnuda me había dejado con un hueco en el pecho y una furia descontrolada.
No lo quiero ni ver, odio a los tipos chulos, siempre lo he hecho