23. Cero dudas.

Paula: 

No estaba nerviosa, claro que no.

Pero tendría sexo con Brian, tendría sexo después de tanto tiempo. Estaba lista para comerme a este hombre.

La forma en la que me besaba y me tocaba me hacía replantear en por qué carajos no me acosté con el antes. Sus besos, sus caricias son un placer, con solo tocarme, me estaba llevando al Cielo.

Quería atreverme así que lo senté en la cama y terminé lo que el estaba comenzando, desvestirme. La mirada de Brian no se despegaba un solo momento de mi cuerpo, pude ver como removía sus dedos con ansias y se que desea tocarme.

Me posicione entre sus piernas, un jadeo se escapó de mis labios cuando sus dedos acariciaban mi espalda. Sus labios besaban mi vientre con mucha lentitud enviando corrientes de placer por todo mi cuerpo, en este momento agradecía de ser bajita por qué mis pechos quedaron a la altura de su rostro.

No decíamos nada, las palabras en este momento sobraban, por qué con su mirada me lo decía todo. Me deseaba tanto o más que yo a él.

Ahogué un gemido ya que sin verlo venir metió uno de mis pechos en su boca, tironee un poco de su cabello tratando de meterlo más a mis pechos, el gruñía y yo gemía, su mano libre dio un fuerte apretón a mi pecho.

—Brian...

En un movimiento rápido, quedé acostada en la cama y el de pie.

Se sacó la camisa y se soltó el cinturón, la imagen de Brian jadeando, sin camisa y su pecho peludo jamás se me va a olvidar.

Se acercó al filo de la cama y se puso de rodillas ante mi, acercó su rostro a mis piernas y comenzó a dejarles besos a mis muslos y llegar al límite de mi intimidad.

—¿Qué harás?

—Hacerle un oral a mi novia —sonrió de lado.

Tomó mis muslos y los abrió más para meter su rostro en mi intimidad.

Mi espalda se arqueó cuando sentí la humedad de su lengua pasar por toda mi intimidad, Brian comenzó a succionar mi clítoris con mucha fuerza, lo hacía con tanto ímpetu y necesidad que me estaba nublando la mente.

Apretaba mis muslos con fuerza haciendo que sus dedos se marcaran en mi piel.

—¡Mierda! —chillé cuando metió sus dedos dentro de mi. Al momento me dolía un poco Pero después mis paredes se expandieron al sentir sus dedos dentro de mi.

Metía y sacaba sus dedos haciendo que mi cuerpo comenzara a tensarse, el de inmediato se dió cuenta de lo que estaba haciendo en mi y aumentó la velocidad dejando liberar mi orgasmo.

Estaba jadeando sin control alguno, estaba deseosa de más y sabía que el me lo daría.

Brian se volvió a poner de pie, estaba relamiéndose los labios y chillando sus dedos. Joder, que hermoso se veía.

—Estas deliciosa ¿Lo sabías? —sonrio de forma coqueta—. Dime si deseas que use condón, sabes que tu placer es el mío...

Que hermoso que me dé a escoger por Dios, esto es mucho más de lo que esperaba.

—No uses condón, yo me cuidaré...

—¿Segura?

—Muy segura.

—Tus deseos son mis órdenes.

Al escuchar eso sonreí, por dentro estaba gritando cuál chica adolescente hormonal. Este hombre me pone de muchas maneras.

Me eché un poco hacia atrás para que Brian se subiera y así lo hizo. Me tomó de las manos y las dejo por encima de mi cabeza sosteniendo mis muñecas. Pasó su lengua por ambos pezones sacándome un par de gemidos que el disfrutó.

Un fuerte jadeo salió de mi boca cuando sentí su punta rozar en mi entrada.

—Joder estás húmeda linda —murmuró en mi oído.

Comenzó a entrar en mi de manera lenta y pausada, se sentía casi como mi primera vez, un poco doloroso debido al tiempo que llevaba sin tener sexo.

Cuando Brian se metió en mi por completo, mi cuerpo comenzó a sentir una extraña sensación de placer que jamás había experimentado. Quise ser más atrevida así que abrí más mis piernas ganándome así un gemido de su parte. Brian comenzó a embestirme con suma rapidez y rudeza.

Nuestros rostros se encontraron y nuestras respiraciones se mezclaron entre si, luego unió sus labios con los míos en un beso suave y delicado. Este beso para mi, fue el más especial que me ha dado, por qué puedo sentir cuánto me ama y cuánto me ha estado deseando.

—Te amo Brian —jadee.

—Y yo a ti, mi revoltosa hermosa —sonrió.

Las embestidas de Brian seguían y yo, volví a soltar mi segundo orgasmo pero el aun así no se detenía. Seguía embistiéndome con mucha mas fuerza, tanto que mi cuerpo se estremeció ante sus estocadas. 

El aumentó la velocidad y pude sentir como su cuerpo entero se tenso y dejo salir su orgasmo, mientras se corría, me besaba con mucha pasion. 

—Aun no hemos acabado —dijo jadeante—, necesito follarte mas fuerte. 

Está sería una larga noche.

(...)

Al día siguiente:

Salí de la habitación de Brian, me coloque su camisa y me deje llevar por el olor a café que llenaba todo el pasillo. Quería dormir un poco mas ya que tuvimos sexo toda la noche y mi cuerpo necesitaba un descanso, pero al no verlo en la cama decidí levantarme. 

Lo primero que me recibió al llegar, fue la hermosa espalda de mi hombre, estaba moviéndose en la cocina de manera hábil.

Al voltearse alzo ambas cejas en señal de estar sorprendido.

—Quería llevarte el desayuno a la cama linda —se cruzó de brazos.

—Lo siento, arruiné el romanticismo.

—No importa, ven aquí.

Camine hacia la cocina, al estar frente a el me tomó de la cintura y me subió a la isla de la cocina, se posicionó entre mis piernas para así, darme un beso corto.

—Buenos días.

—Buen día guapo.

—¿Cómo amaneciste linda?

—Bien, con todo tu olor impregnado por todo mi cuerpo.

—Uff eso me hace sentir orgulloso —sonrió—, así muchos se enteran de que eres mía.

—Uy Pero que posesivo.

—Lo soy, pero solo un poco... —arrugó la nariz— hice desayuno, no soy tan bueno pero me se defender.

—Eso lo dirá mi paladar.

Fue hacia la cocina y volvió a mi con un plato en mano, eran huevos pero no los típicos huevos americanos, eran huevos que preparan en Colombia.

—No puede ser, huevos pericos —lo miré.

Brian tomó aquella cuchara y me dió a probar los huevos, la verdad estaban increíbles, estaban deliciosos.

—¿Y bien? ¿Te gustaron?

—Están muy ricos —dije con la boca un poco llena—, de verdad, no pense que harias algo asi.

—Bueno, quise sorprenderte con algo especial, así que busqué en internet como se preparan los huevos en Colombia y en el refrigerador estaba todo lo que necesitaria —se rasco la nuca—, que alivio por que pense que no quedarían buenos..

Le tomé el rostro y le di un beso corto, el sonrio como niño ante aquello.

—Entonces si te gustaron. 

—Ya te dije que si Brian, gracias por prepararlos para mi. 

—No hay de que linda —beso mi frente—, desayunemos... Quiero pasar todo el dia contigo. 

—¿Ah si? Pero tengo una pastelería que atender.. 

—¿Y eso que? Somos una pareja y no podemos salir muy seguido —volvió a la cocina—, hay que aprovechar por que cuando nos casemos y tengamos hijos no podremos hacerlo. 

—¿Que dijiste?

 Brian dejó de hacer lo que sea que estaba haciendo. Se muy bien lo que escuché y lo que dijo. 

—¿Que si me quiero casar? —me miro— Si, me quiero casar por que estoy muy enamorado de ti, creo que esta de más decirlo. 

En este momento no sabia que decirle. Estoy enamorada de el, pero no se si esto vaya a durar a tal punto de llegar hasta el matrimonio. 

—Se que el compromiso aún te asusta Paula y lo entiendo... Pero debes confiar en mi —se acerco a mi—, te he demostrado cuanto te amo ¿no es suficiente para ti?

Lo último lo dijo con tanta tristeza que me hizo sentir la peor persona del planeta. Es muy cierto esto, el me ha demostrado que me ama y que puedo confiar en el, no puedo seguir con este miedo de amar y ser amada. 

—Lo siento Brian —murmure—, se que he sido demasiado egoísta y he pensado en mi misma, sabes por todo lo que pase en el pasado...

—Pero eso no quiere decir que vuelva a suceder lo mismo ¿O crees que te haría daño?

—No, jamás creería eso, pero sigo con miedo... Pero eso no quiere decir que no confie en ti, por que si confio en ti —tome su rostro en mis manos—. Te amo y te prometo que voy a seguir intentando no tenerle miedo al compromiso. 

—Bien, es un avance —sonrió un poco—. Ahora comamos, por que si pienso salir con mi novia el dia de hoy. 

Solo asenti. 

Debo dejar ese miedo, ya no debo temerle al compromiso, se que antes pase por cosas malas por culpa de Jordan, se que no debo culpar a todos los hombres del planeta por ello, Brian ha demostrado que me quiere y que jamas me haria daño. 

Debo dejar los miedos atrás y ser feliz con Brian. No debo seguir teniendo dudas de ello. 

Nada de dudas.

(...)

Más tarde: 

Brian y yo caminábamos por el parque tomados de la mano, habíamos ido de paseo por algunas tiendas, comimos un poco y nos tomamos algunas fotos. La verdad me sentía a gusto con el, se hizo cargo de que me sintiera bien y cómoda. 

La verdad hace mucho tiempo que no salía ni paseaba de esta manera. 

Aun pensaba en el desayuno de esta mañana, se había tomado el tiempo de hacer esos huevos que eran característicos de mi pais. Eso fue un detalle realmente hermoso y significativo para mi, me encanto que haya tenido ese lindo detalle conmigo, se noto el esfuerzo que hizo por hacerme sentir bien y eso lo agradezco infinitamente. 

—Oye —lo mire— ¿Dejaras la Food Truck allá? 

Ah y la Food Truck, que es uno de los mejores regalos que me han dado en toda mi vida. Todavía no podía creer todo lo que hizo para regalármela, el mismo la diseñó y coloco todos los detalles en ella para que fuese mía. 

Dios, yo ni siquiera he hecho algo por el.

—Si, la dejaré allá, la abriré los fines de semana. 

—Buena idea —me sonrió.

—Oh mira...

Lo lleve a un puesto de artesanía, habían muchas cosas que me resultaban hermosas. Tome una pulsera que contenía su inicial y se la coloque. Brian sonrio ampliamente y alzo la muñeca para ver la misma. 

—Esta preciosa, me gusta, déjame darte una ¿si?

—No, no quiero una. 

—¿Por que? —juntó sus cejas. 

—Por que me has dado demasiado —murmuré cerca de el—, y yo no te he regresado siquiera la mitad de todo lo que me has dado Brian, dejame regalarte algo ¿si?

—Sabes que no me importa eso, me conformo contigo y ese delicioso pastel de fresas con crema —ambos reímos. 

—Señorita ¿Va a pagar la pulsera?

—Oiga ¿Por que interrumpe nuestro momento romántico? —miró al señor. 

—Brian basta —reí—, tenga —le di el billete— Vamos niño, iremos por más comida —le dije. 

El asintio, me atrajo hacia el y comenzamos a caminar, alguna que otra mirada se poso en nosotros, había olvidado por completo que Brian es alguien reconocido, ya a este punto me importaba poco las miradas, era momento de disfrutar mi relacion con Brian. 

El ha sido la unica persona fuera de mis conocidos que ha sabido como protegerme y como ganarse mi amor, no tengo dudas de que lo amo mas que a nada en el mundo, el se esta convirtiendo en todo mi universo y se que debo confiar mas en el, dejar los miedos que me atormentan y meterme en la cabeza de una vez, que el, no es como Jordan. 

El es perfecto. 

Brian es perfecto.  

Me enamore de el, por que es un buen hombre además de que se ha esmerado mucho en conquistarme y tenerme paciencia. Claro que se merece todo de mi. 

—¿Que quieres comer? —me preguntó— Aquí hay algunos restaurantes cerca, me encantaría invitarte a comer comida mediterránea. 

—¿Y esa monda' que es? —hice una mueca.

—Dios mio Paula ¿podrías dejar de hablar en español? No entiendo nada de lo que dices.. —suspiró.

—Bien —reí— solo preguntaba qué era eso de la comida mediterránea. 

—Ya lo verás, te va a encantar. 

Y cuando pensé que mi dia seguiria perfecto, tiene que arruinarse, la estupida de Eve venia caminando con bolsas en las manos y un sujeto detrás de ella. 

—Hola cariño —le dijo.

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