Paula: Sonreí al ver el letrero de mi pasteleria ser colocado. Al fin todo lo que había trabajado por años ha tenido resultado. Después de meses arduos de trabajo, compre mi local y lo remodele para tener mi propia pastelería. —Lo has logrado mi niña. —Si mamá —la abracé—, al fin lo he logrado. —Listo señorita Colón —me dijo el chico que colocó el letrero. —Gracias, mama, ve a pagarle por favor. Ella asintió y entro con el chico. Yo aun no paraba de mirar el letrero en el que yo había trabajado por semanas. —Aqui esta mi preciosa. —¡Bri! —la abrace.—No podía dejar de venir a ver la próxima pastelería exitosa de la ciudad —beso mi mejilla—, Dios mio, el letrero es precioso. —Sabia que te gustaría —dije feliz. —Mejor entremos, tengo un regalo para ti. Ambas entramos al local, el chico que colocó el letrero se habia ido, mi mama estaba limpiando la cocina. —Bien preciosa —mire a Brianna—. Tengo algo para ti, ten. Recibí el papel que me había dado, era un cheque por diez mil

Paula:Dos semanas después. Abrí la puerta de mi local y gire el letrero de Cerrado a Abierto, suspire de alivio al ver que era mi primer dia abriendo este lugar, ayer fue la inauguración de mi Pasteleria y mas contenta no pude estar. Afortunadamente la publicidad en internet sirvio de mucho por que muchas personas vinieron. Todos quedaron encantados con mis postres y por supuesto de la comida de mi mamá. Fue un poco difícil traer café de Colombia pero al final se pudo. Estaba un poco nerviosa por que aun no olvidaba aquel bochornoso incidente entre Brian Hoffmann y yo en el supermercado. Si, me habia metido en un enorme lío por haberle embarrado la camisa a uno de los empresarios mas ricos del pais, en ese momento queria que la tierra me tragara y me escupiera en el Polo Norte. Pero despues recorde lo grosero que fue conmigo y se me paso, por que si, fue bastante grosero. No basta con eso, si no que me grabaron y eso se hizo viral, por suerte mi rostro no se logró ver, por que

Paula: Dos días después. No pasó demasiado tiempo para aceptar la propuesta de Brian, quería pensarlo más tiempo pero mi mama me dijo que era una oportunidad de oro que no podía perder por nada del mundo, así que lo llame y le dije que aceptaba.Justo ahora miraba la empresa de la familia Hoffmann, recuerdo que de niña pasaba por aquí pero en un bus hacia la escuela, es una de las empresas mas grandes del pais. Ahora entiendo por que son tan respetados. Llame al tonto para decirle que vendría, creí que me recibiría una secretaria, pero el estaba parado en la entrada, miraba hacia los lados buscando algo. Cuando me miro, sonrio, me acerque mas a el. —Paula ¿necesitas ayuda? —Si —le di las cajas—, si las dejas caer, te mato. —Pero que humor —soltó un bufido—, vamos. Ambos entramos a la empresa, vaya que esto parecía un museo, habían dos autos colgando del techo, uno decía Adrian y otro Adler con letras grabadas en oro. Me guió hacia un ascensor que al parecer es exclusivo para e

Brian: Eve no sabía que decir, que hacer o donde meterse por lo que acaba de hacer. Trate de controlarme lo mas que pude pero no, no pude hacerlo. La tome del brazo y la arrastre hasta el otro lado del salon de eventos, me metí en una habitación con ella. La solté de manera brusca. —Lo siento Brian yo... —¿Lo sientes? Maldita sea Eve. —No era mi intención hacerlo, se lo iba a lanzar a ella y te metiste.. —¿Estas escuchándote? —Se que te molesto... —Callate —dije entre dientes—, mi molestia es por muchas cosas... La primera es ¿Por que le gritaste a esa señora? —¡Ella se lo buscó! —soltó un chillido— Mira como dejó mi vestido... —Te dijo que fue un accidente... Aun así eso no te daba el derecho de gritarle de esa manera. Ibas a lanzarle vino a la chica, estas loca. —¿La estas defendiendo? —Por supuesto que si, lo que hiciste fue armar un maldito escándalo.. Estabas ofendiendo a su madre ¿que demonios te pasa? La puerta se abrió, mi madre entró por la puerta, detrás de ella

Brian: —¿Para quien es el regalo? —Para mi hermana —respondí—, cumple años en una semana y pues como estoy ocupado, no tendre tiempo de comprarle un regalo, prefiero hacerlo antes. —Comprendo, pero ¿en que te puedo ayudar? No conozco bien a tu hermana. —Yo si, tu ayuda es que si a ti te gusta, a ella igual... Lissie es un poco vanidosa pero ama las cosas sencillas —la mire rápidamente—, además de que no soy nada paciente... Es la primera vez que le regalo algo comprado por mi. —¿Hablas en serio? —asentí— Pues que mal hermano eres. —Oye, los demás años es por que siempre estoy trabajando y pues este año quise hacerle el regalo por mi cuenta. —Bueno... He notado que ella esta extraña, se que no confía en mi lo suficiente para decirme lo que paso anoche, vi salir de la pastelería a un sujeto extraño, luego entre y la vi tirada en el suelo algo alterada. A mi nadie me saca de la cabeza que el tiene algo que ver con Paula. La excusa de la rata no se la cree nadie. —Llegamos. Am