Paula:
Meses después:
Me encontraba sentada mientras hablaba sobre mi trauma con Jordan, desde hace semanas decidí venir a terapia para aliviar mi miedo, porque si, seguía con aquel miedo de haber asesinado a Jordan yo misma. No fue un proceso sencillo, puesto que tenia muchas pesadillas de el una y otra vez, hasta que no lo soporte mas y accedí a venir a terapia. No pensé que fuese tan reconfortante hacerlo, hablar con esa persona que de verdad sabe como ayudarme.
La doctora me ayuda mucho a canalizar aquellos miedos que no me dejaban en paz. No fue nada sencillo volver a recordar esos momentos tan duros que pase al lado de Jordan, las veces que me golpeaba y todo lo que me hizo después.
Me hizo demasiado bien hablar de todo esto.
—Recuerda siempre Paula, que nada es tu culpa, todo lo que pasó no fue tu culpa.
—Lo se, gracias doctora, me hace mucho bien hablar con usted —suspire.
—No hay de que Paula, nos vemos la siguiente semana.
—Claro que si —estreche su mano y salí del consultorio, afuera estaba Brian esperándome.
En estos meses, el ha sido mi más grande apoyo y fuerza, ambos nos hemos fortalecido en todo este tiempo, me ha sido demasiado paciente conmigo, ha aguantado todos mis cambios de humor con todo lo que pasó después de la muerte de Jordan.
A veces me siento mal por arrastrarlo a esto, pero agradezco mucho que el no se haya ido de mi lado. Lo adoro, lo adoro mucho mas que a toda mi vida, porque ha estado a mi lado, ha estado aquí.
—¿Y? ¿Como te fue?
—Todo ha estado bien —le dije y el tomó mis manos—, ya me siento mejor.
—Que bueno linda, te invito a comer —me sonrió—, pero.. Con mis padres.
—¿Tus padres?
—Si, nos invitaron a almorzar, así que iremos, si quieres claro..
—Con gusto guapo, vayamos a almorzar.
Ambos salimos del lugar, luego subimos al auto.
En estos meses hemos avanzado en la pastelería, ahora trabajo en sociedad con la madre de Brian, ella me ofreció preparar dulces exclusivamente para su restaurante, cosa que ha sido un completo éxito.
El éxito que esta obteniendo la pastelería ha sido abrumador a decir verdad, pero me encanta a la vez, porque cada dia estoy creciendo más y más.
De solo recordar a como comencé, me hace sentir orgullosa de lo mucho que he trabajado durante todos estos años. Las recetas que invente, las noches de estudio y trabajo arduo que he hecho durante mucho tiempo, ahora ver que todo lo que he construido con tanto esfuerzo, ha estado creciendo, aquello me llena de orgullo, porque soy un ejemplo de que trabajando duro y no rendirse, se puede llegar a hacer muchas cosas grandes.
Estoy orgullosa de mi.
Ahora que, tengo una fama por así decirlo debo seguir cuidandola, porque es lo que me ha mantenido en la popularidad.
Ahora hay más cocineros adentro de mi cocina ayudando a Kent, más meseros, puedo manejar la panadería por mi misma, le pude remodelar la casa a mi mama y comprarle las cosas que ella siempre ha querido tener. Me encanta la manera en que, ahora puedo ayudar a los demás, ya tengo ese poder de confiar, porque a pesar de las cosas que me han pasado, pude confiar en los demás.
Pero eso si, siempre estar alerta.
Brian por otro lado, me ayuda los fines de semana a atender mi food truck, la misma que el me regaló, al inicio fue un desastre, ya que el no tiene idea de como hacer postres, incluso echó a perder un par de mezclas ya que confundió la sal con el azúcar, fue bastante chistoso, pero ya luego le tomo el ritmo a ello.
Eso se ha convertido en un completo éxito, aunque al inicio no faltó la persona que me lanzara indirectas sobre mi food truck, pude solucionarlo con unos cuantos insultos. Brian me pide casi siempre que deje de ser tan impulsiva, pero no puedo evitarlo, no soporto a las personas que tengan complejo de superioridad, que se creen con el derecho de insultar a los demás.
Yo si me defiendo, me importa poco si me llaman loca, impulsiva, entre otras cosas, pero no me importa. No voy a cambiar mi esencia por nadie.
—Oye linda —dijo Brian mientras seguía conduciendo—, quisiera ir de vacaciones.
—¿En serio? ¿A donde?
—A donde tu quieras —me miró un momento—, quiero llevarte a muchos sitios.
—Brian —dije conmovida—, que lindo de tu parte mi amor... Pero tengo una pastelería que atender.
—Oh vamos linda, desde que estamos juntos no hemos salido de paseo, al menos no afuera del país, quiero llevarte de viaje, puedes dejar a cargo a Kent, vamos, di que si.
Me insistió de una manera tan dulce que no pude negarme, claro que quiero ir de viaje con el, quiero conocer muchos sitios con el, porque he trabajado desde siempre y jamás pude darme un descanso de manera adecuada.
Si quiero ir con el a muchos lugares, quiero conocer el mundo con el amor de mi vida.
Brian es la definición de que algo mejor siempre llega, el es tan distinto a Jordan y no es por comparar porque Brian no tiene comparacion alguna, el es perfecto, porque fue criado por unos padres maravillosos que le dieron un gran ejemplo de cómo tratar a una mujer. La verdad es que me siento muy afortunada de que el llegara a mi vida y demostrarme que todos los hombres no son iguales.
Hay muchos como Jordan.
Pero también hay muchos como Brian.
Los hombres buenos existen y Brian es la prueba de ello. Porque me da la estabilidad que merezco, me trata como siempre debí ser tratada, como una de sus prioridades, con amor y con respeto, que es lo más importante. Si me costó mucho confiar en el, pero todo ha valido la pena, porque pude conocer el hombre maravilloso que es.
Lo amo demasiado.
(...)
Más tarde.
Estaba en una tienda comprándome algo de lencería, esta noche iba a darle una sorpresa a Brian, iba a compensarle tanto amor y paciencia, ya que tenemos algunas semanas que no tenemos sexo y honestamente me hace falta el toque de mi hombre sobre mi.
—¿Que tal este? ¿Crees que le guste?
—No, tienes que usar el color favorito de Brian.
—Bri, a Brian le gusta el verde —ella rió—, no quiero parecer una rama.
—Basta —ella no dejaba de reír—, mejor usa uno blanco, de dos piezas para que se frustre tratando de quitártelo —me guiñó un ojo.
—Creo que el lo rompería —susurré.
—Paula —ella jadeo—, con razon estas tan feliz.
—Basta con eso —reí—, tu no te quedas atrás —le susurré—, estás comprando otra lenceria, es obvio que es para Kent.
—Pues para que decir que no si, si —se encogió de hombros—, mejor no entraré en detalles con respecto a Kent, pero puedo decir que estoy bien servida —soltó un gran suspiro.
—Dios, a veces se me olvida lo explícita que eres.
—No me digas nada, de las dos, tu eres la más grosera... —me dio un leve empujón— con esas tremendas groserías que sueltas en español, Dios niña.
—No es mi culpa que a veces la gente no colabora... Uno quiere ser educada pero es que aparecen unas personas que merecen que las insulten.
—No puedo refutar eso —sonrio y tomo una lencería blanca de dos piezas—, este me gusta —me lo puso en los pechos—, te luce el blanco, te verías hermosa de novia.
—¿N-Novia?
—Espera.. Te pusiste nerviosa con esa palabra, ¿que pasa? —alzó una ceja.
—Nada..
—Paula, te conozco, así que suéltalo ahora —se cruzó de brazos.
—La cosa es que... Le temo al matrimonio —le dije en un susurro.
—¿Hablas en serio? Pero, ¿Por que? —ella alzo ambas cejas entendiendo— Por Jordan —le asenti—, ay amiga..
—Te lo juro, cuando supe que estaba casada con Jordan le temí y aún le temo al matrimonio —murmure—, cuando estaba el hospital, creí que Brian me iba a pedir matrimonio.
Cuando le vi aquella caja en las manos, sentí que el alma abandonaba mi cuerpo, creí que el iba a pedirme que fuera su esposa. Aquel dia me llene de tanto pánico que incluso pense en terminar mi relacion con Brian.
No quiero casarme, eso no esta en mis planes ahora, aun tengo cosas por hacer, paises que visitar y un negocio que depende de mi, no se si quiera dar un paso tan importante como el matrimonio y no creo que Brian sea un mal hombre, pero realmente no quiero casarme, no quiero hacerlo.
—Lo entiendo, así que debes hacerlo cuando te sientas lista, estoy segura de que Brian va a entenderte.
—¿Tu crees? ¿Y si el quiere casarse?
—Pues hablalo con el, Brian es un hombre comprensivo —me sonrió un poco—, aun estas joven y pasaste por mucho, es justo que se tomen un tiempo como pareja, recien viven juntos, así que el paso del matrimonio podría esperar.
Yo amo a Brian y amo lo comprensivo que es, temo que el quiera casarse y yo no me sienta lista para ello. Quiero darle lo mejor a el, porque el me ha dado lo mejor durante todo este tiempo. Mi hombre se merece el cielo y mucho más.
—Te amo —le dije—, gracias por los conejos —sonreí—, eres la mejor.
—Lo se —me guiño un ojo—, ahora, sigamos buscando, habrá una lencería perfecta, si es pequeña mejor..
—Bri..
Camine hacia ella, pero tropecé con alguien, iba a disculparme pero vi que era la víbora de Eve, no pensé que iba a topármela, que desagradable.
—Dios, ¿eres ciega? Fijate por donde vas.
—Iba a disculparme pero no es necesario —sonreí.
—Veo que viniste a comprar lencería —miró mi mano, en donde estaba el par de piezas—, te recomiendo que no lo hagas, a Brian no le gusta.
Esta idiota.
Vamos Paula, controlate, habías prometido hacerlo.
—El es mas, ¿como decirte? Brusco —sonrió de lado—, le encanta romper la lencería, jamás pude tener o modelarle una, le gustaba mas sin ella puesta.
—¿Crees que eso me importa? Pues no —negué—, porque tu pudiste haberle modelado algunas cosas pero el, se quedo conmigo.
—Dios, qué bruja es —escuché a Brianna detrás de mi.
—¿Sabes? Aún no entiendo porque Brian está contigo, una mujer sin nada de gracia —me miró de manera despectiva—, además de salvaje, que cree que todo se soluciona con golpes —dijo con disgusto—, no eres más que una mal educada y zorra.
Listo, mi paciencia se fue a la m****a, le di las prendas a Brianna y a ella, la tome del cabello. Detesto con toda mi alma que me insulten, creo que no le ha quedado claro que no puede meterse conmigo, pero creo que lo hace a propósito.
Ella me tambien me tomo del pelo y ambas caímos al suelo. Como pude me subí encima de ella sin soltarle las extensiones, comece a tironearle con fuerza, ella gritaba que la soltara. Sentí que me dio un fuerte golpe en el labio y parte de mi cara, yo hice más presión sobre su cabello, incluso le arranque un par de sus extensiones.
Sentí como bruscamente me separaron de ella, forcejee como pude pero aquel hombre me inmovilizo con fuerza.
—¡Eres una malparida! —alcé la voz— ¡Ya me tienes cansada con tus insultos!
—Quieta señorita..
—Te duele perra, te duele que Brian se quedó conmigo —sonreí—, tu no eres más que una zorra que lo engañó, lo engañaste con tu manager ¿Y me llamas zorra a mi? ¡Descara'!
A ella la ayudaron a ponerse de pie, ella miró el cabello que estaba en el suelo, luego me mira.
—¡Eres una maldita perra, mi cabello, mira como lo dejaste! —se acercó a mi.
Cuando estuvo frente a mi me dio una fuerte bofetada, el otro oficial la sostuvo mientras que yo trataba de que este bobo hijueputa me soltara porque iba a matarla, tenía que arrancarle el cabello a esa estupida.
—Están detenidas las dos, a la estación.