Elisabeth, es una joven de alocada personalidad, que esta enamorada de un doctor llamado Adam, el cual no le presta la mas mínima atención, pues la considera inmadura y muy mimada, pero cuando ella decide demostrarle lo contrario, las cosas empiezan a cambiar entre ellos... Esta historia cuenta con drama, comedia, secretos y mucho romance...
Leer másMe encantó París, pero estoy feliz de regresar a casa.
Estuve seis meses en un magnífico curso para aprender acerca de la moda Parisina, los desfiles, la confección de prendas y todo lo que me apasiona.
Mi mejor amiga, Cristal, me obligó a dejar la universidad (Estoy bromeando, no me obligó, solo hizo el comentario y yo terminé accediendo) para que me dedicara algo que realmente me gusta y que llama mi atención desde pequeña, confeccionar prendas de ropa.
En un principio no me sentía segura de hacer ese gran cambio en mi vida, sinceramente pensé que papá podría enojarse conmigo por dejar los estudios, y no fue así, me brindó su apoyo, aunque sea solo monetario, como siempre, pero algo es algo...
Y siendo sincera, cursando esa carrera me sentía como pez fuera del agua, no era lo mío y mi amiga siempre lo decía.
Ahora estoy muy entusiasmada, me encantaría algún día tener mi propia marca de ropa, y ser reconocida, volverme famosa y viajar para llevar mis diseños a cada rincón del mundo.
-¿Desea algo más señorita?-Pregunta una de las azafatas del avión, sacándome de mis pensamientos.
-Por ahora no, gracias-Le di una media sonrisa.
-A su orden.
Continuó arrastrando su pequeño carrito y yo hice a un lado la revista que estaba "leyendo", porque en realidad no le estaba prestando atención, mejor me quedé mirando por la ventanilla del avión.
Aún falta una hora de vuelo y yo estoy desesperada por aterrizar, ya quiero ver a mi Nana, a Cristal, a Clarys, a papá... incluso, al cursi de mi cuñado Christian.
Y bueno, no les voy a mentir, también tengo muchas ganas de ver a mi guapo y sexi doctor Adam, el hombre que me roba el aliento. Lo malo, es que él no tiene el mismo interés que yo.
Son muy pocas las veces que se comunica conmigo, de hecho, durante el tiempo que estuve de viaje no llego a llamarme en ningún momento, ni un mensaje, nada... y tuve que luchar mucho para no hacerlo yo. Y para que entren en contexto, les explicaré brevemente: Adam, es amigo de Christian, a quien yo llamo cuñado, porque Christian es el esposo de mi mejor amiga, Cristal.
Conocí a ese monumento a través de ellos, y desde el primer momento en que lo vi, sentí que quede flechada por las flechas de cupido, pero como no se puede tener todo en esta vida, nunca he podido estar con Adam porque el muy tarado tiene la errónea idea de que soy una niñita de papi, malcriada y berrinchuda, solo por tener dinero.
Y tenía fe, de que el estar lejos me ayudaría a olvidarlo, pero para mí desgracia lo único que logré fue pensarlo más, no salía de mi cabeza y eso me hacía enojarme conmigo misma. ¿Cómo puedo seguir tan empeñada en un hombre que no tiene el más mínimo interés en mí?
Quizás sea por sus llamativos e intrigantes ojos, o sus provocativos labios que me enloquecen, o ese cuerpo tan...ahhhhh, ¿A quién quiero engañar? Adam derrite hasta mis pensamientos...
¡PERO NO!, no puedo seguir así, me he prometido firmemente que la próxima vez que lo vea, me comportare totalmente fría he indiferente, tanto, que el polo norte parecerá un simple cubo de hielo comparado conmigo.
"Ver para creer"-Grita mi subconsciente, haciendo que me enojara.
-¡Bueno! ¿Y tú de qué lado estás? -Inquiero en voz alta.
-¿Yo?-Pregunta la señora qué venia en el asiento que se encontraba junto al mío.
-No, no, usted no...-Señalé mi frente-Se lo preguntaba a mi cabeza.
-Ah… -Volvió a su anterior posición, mirándome por el rabillo del ojo, con una sonrisa nerviosa, que parecía más una mueca que otra cosa, y con cara de susto.
Ya me conocen... tuve que hacer un esfuerzo sobre humano para no soltar una fuerte carcajada.
...
Ya en casa, fui en busca de papá, pero "como cosa rara", estaba trabajando.
Ya estoy acostumbrada a sus desplantes así que no le presté atención. Tomé mi teléfono para marcarle Cristal.
-¿Qué haces?
-Hola Eli, estoy preparando la cena ¿Qué hay de nuevo?
-Prepara un plato extra, voy para allá.
-No te creo, de seguro me quieres tomar el pelo.
-¿Cuando yo te he tomado el pelo?
-Ummm... Déjame ver... ¡Siempre! Cada minuto de mi existencia, desde que te conozco....
-Haaa-Abrí mi boca de forma exagerada-Me ofendes Cristal.
-Si, si, de seguro debes está muy ofendida.
-Ahs, me conoces demasiado, pero esta vez te estoy diciendo la verdad.... Mira.
Coloqué el teléfono en modo videollamada.
-Lo ves-Dije, mostrándole mi habitación-Espérame allá.
No deje que respondiera y colgué.
Me di una ducha caliente, y cuando terminé de arreglarme tomé las llaves de mí auto, los obsequios que había traído del viaje y salí de mi habitación.
-Nana, si viene papá y por casualidad pregunta por mí, que no creo, porfa le dices que fuí a ver a Cristal.
-Ok mi vida-Me dio un beso en la frente- ¿Te llevas a tus guardaespaldas, ¿verdad?
-Nanaaa-La miré con fastidio-Estuve seis meses sola en otro continente y no me sucedió absolutamente nada, no necesito que me cuiden en...
-Pero mi niña, ya sabes que son ordenes de tu padre-No me dejo terminar mi queja.
-Tu eres mayor que papá, así que tu deberías darle órdenes a él y no lo contrario.
-Por favor mi niña.
-Está bien Nana, pero solo uno-La señale con mi dedo índice-No quiero a veinte gorilas persiguiéndome o esperando fuera de la casa de mi amiga cómo si yo fuese una expresidiaria de alto riesgo.
Tomo mi mano que la señalaba, envolviéndola entre las suyas.
-Muy bien, me conformo con que no vayas sola.
-Es que te aprovechas de mi debilidad hacia ti, como podría decirle que no a una carita tan dulce-La abracé y besé repetidas veces en la mejilla, haciéndola reír-Nos vemos más tarde nana, te quiero.
-Está bien, cuídate. Yo también te quiero.
A veces pienso que es mi nana quien le ordena a los guardaespaldas que me acompañen a todas partes, siempre me sobreprotege.
Llegamos a casa de Cristal y bajé del auto a toda prisa para ir directo a tocar el timbre.
-¡Eliiii!-Exclamó emocionada mi amiga cuando abrió la puerta. Me abrazó con fuerza y besó en la mejilla-Me hiciste mucha falta tarada, no te vuelvas a ir así.
-Yo también te extrañe, pero más a mi sobrina-Me separe de ella- ¿Dónde está?
-En la sala, jugando. Ve con ella mientras yo termino de arreglar la mesa.
Entramos juntas y ella se fué directo a la cocina.
-¡¿Quién es la sobrina más hermosa del mundo?!-Le pregunto a Clarys que se encuentra sentada en el piso, entre los sofás, jugando con unos animales de peluche.
Había crecido unos diez centímetros desde la última vez que la vi, y no exagero cuando digo que es hermosa.
Tiene los ojos azules, igual que su padre, pero sus facciones son idénticas a las de mi amiga, parece que se hubiese autocopiado, es como ver a Cristal en versión miniatura con la diferencia de que ella tiene el cabello rubio y muy rizado, y su madre lo tiene castaño.
-Tía Elliiii-Levanto sus manitas para que la cargara.
Dejé la bolsa con los obsequios en uno de los sofás y la levanté.
-¡Carajo! Como pesas, sí que ha crecido, no lo puedo creer.
-¡Cuida tu vocabulario tia Eli!-Grita Cristal desde la cocina-¡Alguien repite todo lo que escucha!
-¡Lo lamento!-Dije en voz alta-De verdad estás muy grande, dentro de poco ya no podre cargarte.
Clarys sonrió mostrando unos pequeños dientecitos de leche.
-¡Pero mira esa dentadura!, ¿Cuándo fue que te salieron tantos dientes? Pareces un tiburón bebe. -Le hice cosquillas, haciéndola carcajearse.
-Te recuerdo tía Eli, que te fuiste por seis meses-Menciona Cristal acercándose a nosotras-Ya tu sobrina va a cumplir dos años.
-¡Es cierto!, que rápido pasa el tiempo. ¿Es el próximo mes?
-Dentro de dos meses tía cabeza hueca-Me empujo suavemente por el hombro, en forma de reclamo.
Bufé.
-Ya lo sabía-Puse mis ojos en blanco-Solo estaba jugando.
-Si claro-Fue sarcástica-A ver, ¿Qué día es? -Levantó una ceja y colocó ambas manos a la altura de su cintura.
-Por supuesto que es el día... Ehhhhh... este.... pss el día que nació, obvio.
-¿Y qué día nació?
-¡Ay Cristal por favor!, Sabes que no me olvido de mi cabeza porque la tengo pegada al cuerpo.
-Excusas y más excusas.
-Ya enserio, ¿Qué día nació la bebé tiburón?
-No te lo voy a decir-Me dio la espalda y empezó a caminar-Tendrás que hacer memoria.
-Cristaaaal, no seas así, dime-La seguí.
-No.
Comenzó a desplazarse por toda la cocina y a sacar cosas de los gabinetes.
-Dime, para saber que le voy a regalar con anticipación.
-Que no.
-Bueno-Me encogí de hombros-No te voy a dar el obsequio que te traje de París-Miré a Clarys que aún seguía en mis brazos-Vamos sobrina, a ti si te entregaré el tuyo.
Iba de regreso a la sala, pero cuando pasé junto a la escalera escuché las pisadas de alguien que venía bajando, era Christian.
-Hola Cuñado.
-Hola Elisabeth ¿Como estás?
-Espectacular, hermosa, divina, como siempre.
-¡Mira eso!-Señala el techo.
-¿Qué cosa?-Mire hacia arriba.
-Tu ego.
-Ja' Ja'... "Que gracioso"
-Ya, ven aquí-Me dio un corto abrazo, abarcando también a su hija-Nos hiciste mucha falta.
-Lo sé, por eso me regresé, para no seguir prolongando su dolor.
Se carcajeo.
-Papá-Dijo Clarys extendiendo sus brazos hacia él.
-Ven princesa mía-La cargo y le dio un sonado beso en la mejilla.
-¡La mesa está servida!-Informó Cristal.
Caminamos hasta allá y note que en la mesa habían colocado cinco platos.
-Uno, dos, tres, cuatro-Nos enumeré-¿Porque hay cinco platos?, ¿Esperan a alguien más?
El timbre de la casa sonó, respondiendo a mi pregunta.
-Justo a tiempo-Dijo Christian, al momento en el que se dirigía hacia la puerta.
-¿Quien llegó?
Cristal me miro uniendo sus labios en una sola línea y después de varios segundos respondió:
-Es Adam...
ELISABETH -Hay días en los qué te extraño más que otros... hoy es uno de esos días. Daría cualquier cosa por tenerte a mi lado en este momento, sin embargo, aquí estoy, a punto de mostrar mi mejor sonrisa en la pasarela sin una pizca de falsedad, porque he decidido honrar tu memoria de esta forma, cumpliendo mis sueños y siendo feliz-Miro hacia arriba unos segundos y lanzo un beso al aire-Te amo nana, gracias por ayudarme a ver el lado bonito de la vida... Escucho que me llaman por micrófono, y después de dar un enorme suspiro para calmar mis nervios, salí con la mejor actitud, a mostrar mi cara al mundo. -Ella es una de las mejores diseñadoras con la que he trabajado-Dice la grandiosa Carolina, justo cuando me paro a su lado-Sin duda tus creaciones de esta noche han sido una obra de arte, me encantaría que nos brindaras unas palabras. Me entrega el micrófono, y yo con el corazón latiéndome a mil por hora, lo tomo. -Buenas noches damas, caballeros... no me queda más que agradecerl
Eleazar salió de esa habitación con el rostro inundado en lágrimas.Entré de inmediato, por miedo a encontrar a Elisabeth igual, y no fue así, su rostro expresaba confusión.-¿Estás bien?-Quise saber, y movió levemente su cabeza arriba y abajo para responder.-Mi padre… me… ama-Dijo algo desconcertada segundos después, con voz ronca y casi inaudible.-Por supuesto, eres su hija. Solo es un hombre confundido que pensó de forma errada, ahora quiere hacer las cosas bien, ¿Lo has perdonado verdad?-En el fondo nunca lo he odiado, tú lo has dicho, es mi padre.-Me alegra escuchar eso.-Aun así, creo que nos tomará tiempo mejorar la relación.-Mientras ambos pongan de su parte...-Mi única condición es que te acepte como mi novio, y que te regrese tu puesto en el hospital.-No me debe regresar nada. Me miro con los ojos muy abiertos.-¿Aún eres director?-Si... hay tanto que debes saber. El día siguiente a la discusión con tu padre, él vino al hospital y me dijo que una decisión así no se
ADAM-Deberías dormir, no te ves nada bien-Comenta Christian, como si yo no lo supiera-Duermes dos horas cuando mucho, ¿crees que la puedes ayudar estando tan agotado?-Ya ha sufrido un paro, si ocurre otro mientras estoy durmiendo...-Hay más personas para ayudarla-no me deja terminar-¿No confías en mí?, yo puedo suplantarte mientras descansas.-Quiero estar aquí cuando despierte-tomo la mano de Elisabeth entre las mías.-Lleva casi un mes en ese estado, y tú, un mes sin descansar como se debe, ¿Te has visto a un espejo?, ¿qué va a pensar si despierta y te ve así?-¡Basta Christian!, no me moveré de aquí.-Bien-Dice, cuando en realidad se sintió como un "estoy en desacuerdo"-No me preocuparé por tí.Tiene razón, no puedo ser tan desconsiderado, el solo está intentando ayudarme y yo me comporto como un idiota.-Discúlpame, últimamente no soy muy racional-esta situación me ha llevado al límite.-Eso pasa cuando no duermes lo suficiente.Asiento una vez para darle la razón.-Dame una ho
ELISABETH -Mira como está quedando éste vestido nana-Levanto la hoja y le muestro.-Que preciosura, se parece a ti-Sonríe, y la observo mientras saca un pastel del horno-Cuando lo termines, debes volver.Sus palabras hacen que mi corazón se entristezca.-¿Por que insistes en correrme de aquí?Se aleja de la cocina, se quita el delantal y se me acerca, con esa expresión en el rostro que pone cuando se que no dará su brazo a torcer. -Porque tienes que volver a tu realidad, no puedes pasarte el resto de tu vida soñando.-Para mí, ésta es mi realidad.-No mi vida, sabes que no es así.-Pero ¡NANAAAAAA!-Hago un berrinche -Yo te dije que no te murieras tan pronto-Me cruzo de brazos-Ahora me quedo contigo.-Niña malcriada-Me golpea la frente con su palma abierta-Ya llevas mucho tiempo aquí, es necesario que regreses.-Obligame-Le saco la lengua.-Tu no cambias-Suelta un suspiro nasal-Hagamos algo, te llevaré con alguien, y después tienes que despertar. ¿Si?La miro entrecerrando los ojos.
-Todo el que ha entrado me ha dicho que no puedo estar aquí, aunque nadie se atreve a sacarme, espero que tu no seas la excepción-Comenta Eleazar apenas me ve pasar a la habitación.“No”, fue mi única respuesta. No sabía que más decir, o no creía poder decir más, me encontraba afectado por ver a Elisabeth en ese estado.Me acerque lentamente y en silencio hasta quedar parado justo a los pies de la cama, mientras su padre permanecía a su lado derecho.No había más ruido en la habitación que el del seguimiento de sus palpitaciones, hasta que momentos después, Eleazar comenzó a hablar.-El día que terminé mi carrera universitaria dije “este es el mejor momento de mi vida”, pero después me casé con la madre de Elisabeth, y dije el día de mi boda, sintiéndome muy seguro, “Este si es el mejor momento de mi vida”-Levanto la mano y aparto un pequeño mechón del rostro de ella, para continuar hablando-Y entonces nació mi hija, y supe lo equivocado que estaba. Cuando la sostuve por primera vez e
ADAMNo es posible que haya desaparecido así como así, ¿buscaste bien por toda la casa?-Le pregunto a Cristal a través del teléfono.-Ya buscamos por todas partes, no está-El desespero en su voz me genera ansiedad. Supongo que los dos estamos teniendo los mismos pensamientos pesimistas.-¿Hace cuánto que desapareció?-No lo sé, yo pensé que estaba durmiendo y cuando fui a ver a la habitación no estaba, tengo miedo Adam, y si hizo algo...-No lo digas-La interrumpo y piso con fuerza el acelerador.-¿Qué hago ahora?-Sigan buscando por los alrededores de la casa, yo llamaré a su padre, y si no está con él, daré aviso a la policía.-¿No es muy pronto para reportarla como desaparecida?-No pierdo nada con intentarlo-Haré lo que sea para encontrarla.-Tienes razón-Se sorbio la nariz-Me avisas si tienes cualquier información.-Entendido, tú haz lo mismo.Apenas colgué la llamada, comencé a marcarle a Eleazar.-¿Dónde estás Elisabeth?, no me hagas esto, ¿dónde te metiste?-Repetí esa pregunta
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