Mundo de ficçãoIniciar sessãoElisabeth, es una joven de alocada personalidad, que esta enamorada de un doctor llamado Adam, el cual no le presta la mas mínima atención, pues la considera inmadura y muy mimada, pero cuando ella decide demostrarle lo contrario, las cosas empiezan a cambiar entre ellos... Esta historia cuenta con drama, comedia, secretos y mucho romance...
Ler mais*TRES AÑOS DESPUÉS*ADAM-¡No puedo creer que me hagas esto!-Me grita Elisabeth, en tono desesperado-¡Yo confíe en ti!—Por favor, te suplico que me perdones, te prometo que arreglaré las cosas. Encontraré una solución.—¡¿Cuál solución?!, ¡Estamos en medio de la nada!—¡No te alteres!, es mejor que mantengamos la calma.—Claro—sonrie de forma desquiciada—tu lo dices porque de tus partes íntimas no está saliendo ¡UN BEBÉ!—empieza a gritar otra vez, producto de otra contracción.Si hubiésemos salido de la casa cuando entró en labor de parto, nada de ésto estaría ocurriendo, pero no, ella prefirió tomarse todo el tiempo del mundo maquillándose y arreglándose el cabello porque según "no iba a dar a luz desarreglada", y esperó a salir cuando ya las contracciones eran muy seguidas, y lo peor de todo, es que si le digo algo probablemente me saque los ojos, solo me queda sostener su mano mientras esperamos la ambulancia, y espero por mi bien que se apresure.—Me voy a bajar del auto—le aviso
ELISABETH -Hay días en los qué te extraño más que otros... hoy es uno de esos días. Daría cualquier cosa por tenerte a mi lado en este momento, sin embargo, aquí estoy, a punto de mostrar mi mejor sonrisa en la pasarela sin una pizca de falsedad, porque he decidido honrar tu memoria de esta forma, cumpliendo mis sueños y siendo feliz-Miro hacia arriba unos segundos y lanzo un beso al aire-Te amo nana, gracias por ayudarme a ver el lado bonito de la vida... Escucho que me llaman por micrófono, y después de dar un enorme suspiro para calmar mis nervios, salí con la mejor actitud, a mostrar mi cara al mundo. -Ella es una de las mejores diseñadoras con la que he trabajado-Dice la grandiosa Carolina, justo cuando me paro a su lado-Sin duda tus creaciones de esta noche han sido una obra de arte, me encantaría que nos brindaras unas palabras. Me entrega el micrófono, y yo con el corazón latiéndome a mil por hora, lo tomo. -Buenas noches damas, caballeros... no me queda más que agradecerl
Eleazar salió de esa habitación con el rostro inundado en lágrimas.Entré de inmediato, por miedo a encontrar a Elisabeth igual, y no fue así, su rostro expresaba confusión.-¿Estás bien?-Quise saber, y movió levemente su cabeza arriba y abajo para responder.-Mi padre… me… ama-Dijo algo desconcertada segundos después, con voz ronca y casi inaudible.-Por supuesto, eres su hija. Solo es un hombre confundido que pensó de forma errada, ahora quiere hacer las cosas bien, ¿Lo has perdonado verdad?-En el fondo nunca lo he odiado, tú lo has dicho, es mi padre.-Me alegra escuchar eso.-Aun así, creo que nos tomará tiempo mejorar la relación.-Mientras ambos pongan de su parte...-Mi única condición es que te acepte como mi novio, y que te regrese tu puesto en el hospital.-No me debe regresar nada. Me miro con los ojos muy abiertos.-¿Aún eres director?-Si... hay tanto que debes saber. El día siguiente a la discusión con tu padre, él vino al hospital y me dijo que una decisión así no se
ADAM-Deberías dormir, no te ves nada bien-Comenta Christian, como si yo no lo supiera-Duermes dos horas cuando mucho, ¿crees que la puedes ayudar estando tan agotado?-Ya ha sufrido un paro, si ocurre otro mientras estoy durmiendo...-Hay más personas para ayudarla-no me deja terminar-¿No confías en mí?, yo puedo suplantarte mientras descansas.-Quiero estar aquí cuando despierte-tomo la mano de Elisabeth entre las mías.-Lleva casi un mes en ese estado, y tú, un mes sin descansar como se debe, ¿Te has visto a un espejo?, ¿qué va a pensar si despierta y te ve así?-¡Basta Christian!, no me moveré de aquí.-Bien-Dice, cuando en realidad se sintió como un "estoy en desacuerdo"-No me preocuparé por tí.Tiene razón, no puedo ser tan desconsiderado, el solo está intentando ayudarme y yo me comporto como un idiota.-Discúlpame, últimamente no soy muy racional-esta situación me ha llevado al límite.-Eso pasa cuando no duermes lo suficiente.Asiento una vez para darle la razón.-Dame una ho
ELISABETH -Mira como está quedando éste vestido nana-Levanto la hoja y le muestro.-Que preciosura, se parece a ti-Sonríe, y la observo mientras saca un pastel del horno-Cuando lo termines, debes volver.Sus palabras hacen que mi corazón se entristezca.-¿Por que insistes en correrme de aquí?Se aleja de la cocina, se quita el delantal y se me acerca, con esa expresión en el rostro que pone cuando se que no dará su brazo a torcer. -Porque tienes que volver a tu realidad, no puedes pasarte el resto de tu vida soñando.-Para mí, ésta es mi realidad.-No mi vida, sabes que no es así.-Pero ¡NANAAAAAA!-Hago un berrinche -Yo te dije que no te murieras tan pronto-Me cruzo de brazos-Ahora me quedo contigo.-Niña malcriada-Me golpea la frente con su palma abierta-Ya llevas mucho tiempo aquí, es necesario que regreses.-Obligame-Le saco la lengua.-Tu no cambias-Suelta un suspiro nasal-Hagamos algo, te llevaré con alguien, y después tienes que despertar. ¿Si?La miro entrecerrando los ojos.
-Todo el que ha entrado me ha dicho que no puedo estar aquí, aunque nadie se atreve a sacarme, espero que tu no seas la excepción-Comenta Eleazar apenas me ve pasar a la habitación.“No”, fue mi única respuesta. No sabía que más decir, o no creía poder decir más, me encontraba afectado por ver a Elisabeth en ese estado.Me acerque lentamente y en silencio hasta quedar parado justo a los pies de la cama, mientras su padre permanecía a su lado derecho.No había más ruido en la habitación que el del seguimiento de sus palpitaciones, hasta que momentos después, Eleazar comenzó a hablar.-El día que terminé mi carrera universitaria dije “este es el mejor momento de mi vida”, pero después me casé con la madre de Elisabeth, y dije el día de mi boda, sintiéndome muy seguro, “Este si es el mejor momento de mi vida”-Levanto la mano y aparto un pequeño mechón del rostro de ella, para continuar hablando-Y entonces nació mi hija, y supe lo equivocado que estaba. Cuando la sostuve por primera vez e
Último capítulo