La llegada a la villa..
La camioneta negra se detuvo con un chirrido en el patio principal de la villa Leone. Las puertas se abrieron, y los hombres de Greco bajaron primero, despejando la entrada. Después, apareció Dante cargando al bebé envuelto en una manta azul, seguido de Luciana, temblando, con los ojos rojos y el rostro marcado por el miedo.
Nonna Vittoria fue la primera en levantarse del sillón del salón y avanzar con paso firme, pese a su edad. Arianna se acercó casi corriendo, con los gemelos en brazos, incapaz de contener la emoción.
—¡Luciana! —exclamó Arianna, depositando a los niños en brazos de una sirvienta para correr hacia ella. La rodeó con los brazos, notando cómo la joven estaba rígida, como si todavía esperara que la arrastraran.
Luciana apenas pudo articular un susurro:
—Estoy… estoy viva gracias a ellos… —sus ojos buscaron a Dante, que permanecía serio, pero con el bebé contra su pecho, como si fuera un tesoro que jamás soltaría.
Nonna se acercó despacio, acari