Capítulo 34 – El latido que casi se apaga.
POV Martina.
DIAS DESPUES.
El corazón puede latir con fuerza y, aun así, estar roto. La primera señal fue el silencio. La doctora Rivera giró la pantalla del ecógrafo y me miró con esos ojos que aprenden a no temblar, pero igual lo hacen.
—Martina… hay un problema con uno de los bebés.
Mi corazón se detuvo por un segundo, pero mi mente de médica se adelantó: “flujo anormal, latido irregular, tal vez una obstrucción parcial”.
Nada podía prepararme para lo que vino después.
—La bebé tiene una hipoplasia severa del ventrículo derecho. El flujo hacia los pulmones es insuficiente. Sin cirugía, su corazón no podrá sostener la vida.
El aire me abandonó. Sentí el gel frío en el abdomen, el pitido regular del monitor, las luces del consultorio, todo a mi alrededor girando. Santiago me miró buscando en mi rostro una explicación, una negación, cualquier cosa que no fuera verdad.
—¿Cirugía? —pregunté en automático.
—Intrauterina —dijo la doctora—. Riesgo alto para la madre y el feto. Si no se hac