C127: Deberías concentrarte en mí.
—Pero no puedes convertirte en mi concubina con esa marca de esclava —mencionó Askeladd.
Azucena lo miró con los ojos muy abiertos, como si temiera perder algo valioso, y respondió sin vacilar.
—Al menos mientras todavía no lo soy… me gustaría conservar la marca. La verdad es que yo no lo veo como un símbolo denigrante o indignante. Al contrario, estoy orgullosa de llevar la marca de Sterulia, porque representa que le pertenezco a usted.
Askeladd la observó con intensidad, como intentando descifrar las profundidades de su alma. Había fuerza en esas palabras, pero también ternura, una entrega que no pedía nada a cambio, solo el derecho a sentirse ligada a él.
—Entiendo tu punto. Pero tú eres mía, Azucena. Con o sin la marca, lo eres.
La confesión se clavó en el pecho de Azucena como un golpe suave, pero intenso. No tuvo tiempo de asimilarlo cuando Askeladd se inclinó hacia ella y la tomó en un beso arrebatador. No hubo duda ni espacio para las palabras: solo la certeza de que en ese in