C128: Él lo hizo.
—No puedo prometerte nada respecto a los elfos —dijo Askeladd, mirando a lo lejos, como si ordenara sus pensamientos en el espacio antes de pronunciarlos—. No puedo asegurar que vaya a involucrarlos en esta guerra. Sé cuánto te inquieta su suerte, y entiendo tu deseo de verlos libres, pero hay cosas que no puedo permitir. Si los elfos se involucraran significaría que tendrían sus propias ideas; podrían pretender imponer condiciones, buscar protagonismos o intentar dirigir nuestras campañas según sus prioridades. Yo no voy a mover mis piezas por exigencias ajenas. Esta guerra es mía: la estrategia, el tiempo y la ejecución deben responder a un plan que minimice las bajas y asegure la victoria de Sterulia. Si ellos se suman, deberán atenerse a mis órdenes. No puedo tolerar que terceros condicionen el curso de una operación diseñada para proteger a mi pueblo.
Azucena escuchó todo con atención, apretando los dedos entre las sábanas, sintiendo sus propias culpas y la frágil esperanza que a