Mundo ficciónIniciar sesiónJonás, por su parte, parecía retomar su compostura. Su sorpresa inicial se transformó en una especie de entendimiento sereno, aunque sus ojos aún reflejaban esa chispa de algo no dicho.
—Sí, constantemente, y se mueve ella también —continuó diciendo Jonás mientras nos abría camino hacia la habitación—. No sabemos por qué aún no despierta. El niño Manuel le habla mucho cuando está aquí, pero nada. Seguimos avanzando detrás del señor Jonás, mientras Clío toma la mano de su papá, avanzando ansiosos y expectantes. Por fin llegamos a una puerta y nos detenemos en la entrada. Me giro hacia ambos. —¿Listos? —pregunto, tomando aire. —Sí, listos —dicen los dos, apretando las manos. Abro la puerta y entramos. Una enfermera, al vernos, se ade






