CAPÍTULO — El Silencio de los que Aman Demasiado
PARTE II
( Punto de vista de Adrián / Sofía)
Yo pensé que ya conocía el miedo.
Lo pensé de verdad.
Porque hay miedos que te enseñan a caminar con cuidado para siempre.
Y nosotros… nosotros habíamos aprendido demasiado temprano.
Cuando Ayden era un bebé, hubo estudios, hubo controles, hubo noches en vela, hubo médicos que hablaban con prudencia y miradas que se quedaban un segundo de más, como si no quisieran decirte la palabra que vos mismo ya estabas pensando.
Hubo momentos donde yo miraba a Sofía y ella me miraba a mí, y en ese silencio se decían cosas que ningún matrimonio debería tener que decirse: “si algo pasa…” , “no lo digas” , “por favor, no lo digas.”
La última vez fue hace unos meses, el accidente, el hospital, la sensación de que el destino te podía cobrar todo de una sola vez. Aunque no fue grave esa vez, yo sentí mucho miedo.
Y uno cree que, si sobreviviste a eso, ya está.
Que el miedo se vuelve un recuerdo.
Mentira.
El m