CAPÍTULO — El Silencio de los que Aman Demasiado
PARTE I
(Punto de vista de Ayden)
Al principio pensé que lo que me estaba pasando no era nada.
Un mareo leve y no era el primero.
Un calor raro subiendo por mi nuca.
Esa sensación incómoda de que el cuerpo no termina de obedecer del todo, como si estuviera caminando un segundo atrás de la cabeza.
No le di importancia.
No podía dársela ahora,solo me importaba ella.
Milagros ya tenía demasiado encima. Dos bebés creciendo dentro de ella, un cuerpo que le pedía pausa cuando su alma siempre había sido de ir para adelante, estudios médicos, reposo, una boda en quince días… ¿cómo iba a sumarle yo algo más?
Así que hice lo que creí correcto en ese momento.
Me callé.
Esa mañana la dejé dormida. Dormía profundamente, con esa respiración calma que me tranquilizaba solo con mirarla. Me quedé un rato observándola, como si así pudiera grabarme su imagen. Pensé en lo injusto que sería preocuparla por un mareo mío cuando ella estaba sosteniendo dos vid