Los pasos de Lilian resonaron firmes cuando entró en el edificio de la empresa donde trabajaba. Sentía como si hubiera pasado mucho tiempo desde la última vez que caminó por aquel pasillo, aunque en realidad solo habían sido unas semanas dedicadas a la revisión de un gran proyecto en la compañía de Daryl. Una mezcla de calidez y alivio la invadía al regresar a un lugar tan familiar.
Al llegar al piso del departamento de diseño, fue recibida de inmediato por sus compañeros. Algunos se giraron hacia ella y le sonrieron con cordialidad.
—¡Lilian, has vuelto! —exclamó uno de los empleados con una sonrisa amplia.
Lilian respondió con una inclinación respetuosa de cabeza.
—Sí, la tarea de revisión fuera de la oficina ya terminó. Se siente bien volver a trabajar aquí.
Al poco tiempo, el jefe de diseño salió de su despacho. El hombre, de mediana edad, la miró con satisfacción y se acercó, dándole unas palmaditas en el hombro.
—Por fin has regresado. He revisado tu trabajo de corrección. Y, pa