Martina veía y sentía a su hija; creía que esto era parte de un sueño, pues ella jamás creyó volver a tener a su hija en brazos. Ella jamás pensó que tendría la oportunidad de sentirla así de cerca.
- ¡Perdóname…! -dijo Eva con voz bajita.
- No tengo nada que perdonarte, yo soy quien fue el monstruo en esta familia, yo fui quien rompió a cada uno de los integrantes de esta familia, no merezco el perdón de nadie, yo fui quien tomó decisiones que afectaron a todos. -dijo Martina entre lágrimas.
- No, tú solo hiciste lo que creíste correcto, tú solo hiciste lo que una madre piensa que es correcto. Si yo hubiera sido tú, estoy completamente segura de que hubiera tomado las mismas decisiones… El ser madre o padre no quiere decir que hagamos las cosas correctas, solo hacemos lo que creemos mejor para nuestros hijos.
Ahora que soy madre lo entiendo… No me quiero imaginar verme en la misma situación con Augusto, tu nieto…
- Eva… Hija, ya sé que eres mamá y me duele mucho no haber podido estar