Tras la muerte de su madre, Eva fue abandonada en la casa y vivió con una niñera irresponsable hasta que Demian la llevó a casa y volvió a sentir calidez y felicidad. A partir de ese momento, Demian se convirtió en el hermano de Eva. En su ignorante juventud, inevitablemente se enamoró de su hermano. Solo pudo ocultar cuidadosamente este sentimiento prohibido porque Demian solo la trataba como a una hermana. Alejandro es amigo de Demian. Para Eva, es un playboy exitoso pero peligroso. Eva no quiere tener nada que ver con él, pero no esperaba tener una relación secreta con Alejandro. En un rincón oscuro de la fiesta, Alejandro apretó a Eva contra la pared y le besó el cuello. --Si no quieres que tu hermano te escuche, no gimas demasiado fuerte.
Leer más- ¡Mamita hermosa! ¡Mamita! ¡No me dejes! – Sollozaba entre sueños la pequeña Eva.
La pequeña niña estaba teniendo una pesadilla, desde que tenía uso de razón, Eva podía ver a su madre entre sueños, despertar a la niñera entre sollozos y lágrimas, era algo habitual en esa enorme y solitaria mansión.
- ¡Maldita niña! ¡Cállate! ¡Déjame dormir!
La madre de Eva había muerto de cáncer en la matriz, cuando la niña tenía tan solo dos años, la pequeña no contaba con recuerdos de su madre, a sus tiernos 6 años, solo tenía una foto de aquella bella mujer, la única pertenencia que le quedaba era esa vieja foto, aquella, era el único rastro de que su madre existió, eso y la propia Eva.
El padre de Eva, Antonio Díaz, aquel hombre con el que la madre de la niña se había casado años atrás, jamás le había importado la existencia de su mujer. El matrimonio con Marina Carrasco había sido producto de una mala decisión, una noche de copas entre jóvenes que había salido mal.
Aquello llevó a un matrimonio obligado y el nacimiento de Eva, por lo que, a Antonio, poco le importaba la vida de aquella inocente niña. El hombre sentía que su vida se había ido por la borda al embarazar a Marina, provocando que este, tuviera que dejar al gran amor de su vida, Esther Reyes.
A la muerte de Marina, Antonio volvió a contraer nupcias con su verdadero amor, poco tiempo después, llegó Sofía Díaz, media hermana de Eva, quien, al ser hija de su verdadero amor, recibió todo el amor, todas las atenciones, mimos y regalos que una niña podría desear. Sofía, era la luz en los ojos de Antonio y Esther, ella representaba su segunda oportunidad, por lo que, todo lo que se le negaba a Eva, lo tenía Sofía.
Luego de 4 años viviendo en la misma mansión donde Antonio vivió con Marina, finalmente, Esther consiguió convencer a su marido de irse a París, Francia. Esther tenía grandes planes para su hija, quería que fuera modelo, quería que fuera una estrella a nivel mundial, todos los sueños frustrados de la mujer, los quería cumplir con su hija.
Antonio dejó a la pequeña Eva de 6 años en esa gran mansión; claramente, no le negaría lo básico, que era alimento y educación; sin embargo, le negaría lo más importante para una pequeña de esa edad: el amor de una madre y un padre, la compañía de una familia.
Eva se quedó bajo el cuidado de su nana, de la que su experiencia decía muy poco, la mujer mientras estaba la familia completa, era una persona responsable, pero, una vez que todos se fueron, poco le importó la vida de la pobre niña a su cargo. Cristina Sánchez solo quería un lugar donde vivir, cobrar su paga cada semana y disfrutar de aquella amplia casa.
A pesar de vivir en una zona donde la riqueza y opulencia eran evidentes, Eva era la niña descuidada del vecindario, aunque no todo era malo, la niña tenía un amigo que era 8 años mayor que ella. Demian Monroy era su amigo desde hace que ella comenzó a estudiar, si bien la diferencia de edad era notoria, ambos compartían el camino de regreso del colegio.
Demian acompañaba a Eva de regreso, le cargaba la mochila y la pasaba a dejar a la puerta de su casa. Todo fue así, hasta que un día, Demian se dio cuenta de que Eva, estaba prácticamente sola, no era que la niña le hubiese dicho algo, el joven simplemente se dio cuenta de que la niña, hacia su mejor esfuerzo por peinarse y arreglarse el uniforme, básicamente se trataba de una niña haciendo cosas que un adulto debía hacer por ella.
Demian se preocupó por Eva, cuando noto que, algunas veces, sus manos llevaban marcas que evidentemente eran quemaduras. Un día en el colegio durante el descanso, Demian al estar distraído, capto la atención de su mejor amigo Alejandro Mendoza, el joven le platico sobre sus sospechas, su amigo al escuchar aquello no pudo mas que aconsejarle que hablara con sus padres de aquel tema.
Esa misma tarde, Demian siguió el consejo de su amigo, hablo con su madre y esta a su vez, comento el tema durante la cena con su esposo, Sebastián Monroy. Martina Monroy se preguntaba, ¿Cómo podría ser que una niña viviera sola en aquella mansión? Aunque bien sabía que Antonio no era un hombre fácil, ya que ella había tenido oportunidad de conocer a Marina, la madre de Eva no cabía en su cabeza que el hombre dejara a su hija olvidada.
Tras una larga charla, ambos decidieron ir a ver a aquella niña, su intención inicial sería invitarla a comer, pero querían averiguar si las sospechas de su hijo eran verdaderas. Al día siguiente, Martina y Sebastián, esperaron fuera de casa de Antonio a la llegada de Eva y su hijo, al verlos, Demian entendió que sus padres también se preocuparon por aquella niña.
- ¡Hola, Eva! ¿Están tus padres en casa?
- ¡Hola, señora mamá de Demian! No, ellos están de viaje…
- ¿Cuándo regresan?
- Mmm… No lo sé… Llevan algún tiempo fuera… - Dijo Eva un tanto pensativa.
Martina y Sebastián se miraron a los ojos, ambos entendieron que algo no estaba bien, por lo que, sin pensarlo dos veces, decidieron que tomarían cartas en el asunto. Ellos habían intentado por mucho tiempo tener un segundo hijo, la vida no se los había permitido, ahora, ver a una niña en una penosa situación, estaba claro que no era nada cómodo para Sebastián.
Luego de la cena, Martina convenció a Eva de quedarse en casa, mientras Sebastián, logró contactar al padre de Eva, le expusieron el caso, pero el hombre no dio señales de querer regresar por la menor, incluso dijo:
- Si tanto se preocupan por ella, pues ¡Adóptenla! – Expresó con total indiferencia.
Sebastián quedó perplejo ante tal declaración, esa misma noche habló con su esposa, Martina conocía la historia de Eva, alguna vez cruzó palabra con la madre de aquella niña, una charla casual se había convertido en una plática de 30 minutos, la cual, había servido para desahogo de Marina, la madre de Eva.
Al recordar aquella penosa situación, la madre de Demian tomó la decisión, si bien, no de adoptar a Eva, pero sí de cuidar de ella, a su corta edad, la menor no debía, ni tenía por qué estar viviendo así.
Dos semanas después de tomar la decisión, Eva ya vivía con ellos, la enorme mansión del padre de Eva fue cerrada y su niñera fue despedida. Aquella cena y la decisión de una madre amorosa, hizo que Eva creciera en un hogar lleno de amor y cuidado.
El tiempo pasó volando, Eva estaba por cumplir la mayoría de edad, mientras Demian llevaba ya unos años trabajando para la compañía de su padre, los oscuros años que vivió aquella niña con su familia biológica, eran cosa del pasado.
Ahora, Eva era casi una mujer, los años no habían pasado en balde, la niña creció heredando la belleza y gracia, propias de su madre. La vida de la chica y su nueva familia marchaba bien, al menos hasta que, sin querer, un oscuro secreto salió a relucir, creando una gran incomodidad en aquella familia.
- Señor… Ya tengo lo que me pidió. -dijo Leo por teléfono.- Bien, quiero saberlo todo… -dijo Alejandro con una frialdad que solo el conocía.- ¿Quiere venir a verlo?- Sí, mándame tu ubicación.- En un momento le llega, lo esperamos para recibir más órdenes.- Bien, ya vi donde es, dame 20 minutos.Alejandro sabia que era el momento de escuchar como personas de toda su confianza había quebrantado esta y lo habían llevado incluso a poner en riesgo su vida. Entonces, ahora que obtuviera la confesión y tras hablar con Teódulo Carrasco, sabia perfectamente bien lo que debía hacer.Tal como lo dijo, en 20 minutos, Alejandro se encontraba en un almacén sin renta que se encontraba a las orillas de la ciudad. Hoy día era uno de los hombres adinerados con mejor protección que existía, al descender del auto, varios guardaespaldas lo rodearon, mientras el hombre se quitaba el saco y se remangaba las mangas de aquella camisa negra que llevaba.- Señor Mendoza, es por aquí, debe entender que lo es
Alejandro debía reconocer que Sergio Carrasco movió los hilos correctos, aunque ahora el hombre estuviera pagando lo que había hecho, la realidad era que él había perdido más de lo que ese Carrasco perdió.Se odiaba a sí mismo por el error tan grande que había cometido 5 años atrás, ya que al igual que Alana, Sergio solo tuvo que esperar a que él cometiera un error minúsculo para apartarlo de la mujer de su vida.Saber la verdad le había llevado 4 años y cuando finalmente todo salió a la luz, ya era demasiado tarde, Eva Díaz ya había firmado el divorcio y no tenía ninguna intención de saber algo de su vida.--- 1 año atrás ---- ¿Qué me tienes Leo? -pregunto Alejandro seriamente.- No le va a gustar lo que encontré… -dijo Leo Quintanilla, su nuevo jefe de seguridad.- Suéltalo, ya estoy preparado para cualquier cosa.- Bueno… Basándome en los hechos y sus sospechas, efectivamente, alguien de su entera confianza lo ha traicionado y lo sigue haciendo.- ¿Cómo? ¿De quién se trata?- De su
- ¿Cómo está ella y el niño?- Señor, le hemos seguido por meses y se ve bien, su hijo cada día está más grande… Aquí le dejo algunas fotografías que les tomamos recientemente.- Hmm… -dijo Alejandro tomando el sobre.- Señor, ¿Me permite una pregunta? -dijo el hombre con precaución.Alejandro asintió mientras tomaba un trago de su whisky.- ¿Por qué no busca a su hijo? Usted nos pidió nunca perderles la pista, ya han pasado 5 años, ¿No cree que es tiempo de conocerlo? Tal vez sería bueno que usted acepte la propuesta de su padre. -dijo el hombre con cierto nerviosismo en la voz.- Sírveme otro trago, Leo, sírveme otro trago. -dijo Alejandro en respuesta.Leo, su nuevo jefe de seguridad, entendió que no debía ahondar más en el tema. Sabía que el nombre de Eva Díaz y Augusto Mendoza Díaz eran un tema complicado. Si bien, el pequeño Augusto llevaba el apellido Mendoza, no era porque Alejandro le hubiera dado el apellido, era más bien porque Maximiliano Mendoza lo había reconocido como ni
Eva despertó con los primeros rayos del sol, eran las 5:00 am del lunes y sabía lo que significaba. La mujer admiró a su pequeño Augusto, quien en un par de semanas cumpliría 5 años. Todo parecía tan irreal, rápidamente habían pasado 5 años desde que su hijo llegó al mundo, parecía ayer, cuando aún tenía una enorme barriga que le impedía ver sus pies.Actualmente, ella vivía en Tarragona, España, trabajaba para una compañía familiar dedicada a la producción de vinos, gracias a su trabajo en Boston y, también a la guía que tuvo de quien fue su marido por un corto tiempo, Eva había conseguido un buen puesto en aquel lugar.La vida en aquel lugar era sencilla, pero tranquila, no había dramas, no había momentos incómodos, solo había una vida junto a su hijo.Maximiliano Mendoza junto a Melissa, de vez en cuando, visitaban a Augusto y su cumpleaños no sería la excepción.- ¡Mami…! ¿Ya tienes que levantarte? -dijo el pequeño Augusto apenas abriendo sus ojitos.- ¡Hola, mi vida! ¿Cómo estás,
Al bajar del avión, la luz del sol iluminó el rostro de Eva, ella experimentó una extraña sensación de calidez que hace mucho tiempo no sentía. Ella sabía que sí, era verdad, llevaba el alma hecha pedazos, hace menos de una semana, su vida era otra, hace menos de una semana tenía a su lado a un extraordinario hombre, hoy solo era ella y su bebé y sabía que con eso basta.- Eva, es por aquí, vamos… -dice el padre de Alejandro.Subió a su auto, el hombre sube y comienza a conducir, por momentos, se pierde en el paisaje que le regala París. Muchos dirán que es la ciudad del amor, pero ella y su corazón roto, lo ven como un lugar más, hermoso, sin duda, pero un lugar más.Tras casi una hora conduciendo, finalmente llegaron a una enorme casa a las afueras de la ciudad, esta se ve a lo lejos, enormes filas de árboles les dan la bienvenida, amplios prados con un verde reluciente se pueden ver por doquier.Aún no sabe qué le deparará el futuro, pero, por alguna extraña razón, se siente tranqui
Eva miraba por la ventana, mientras sus ojos derramaban lágrimas, ella no podía creer lo que había pasado hace unas horas. Al final, su decisión era inamovible, estaba de acuerdo en que tal vez, su pasado pesaba más de lo que su presente, trabajaría en ello, pero eso no significaba que ella se quedaría con el hombre que a la primera corrió a los brazos de otra mujer.Maximiliano había cumplido su promesa, ayudó a que su padre quedara en libertad y la ayudó a ella, sí a ella, ya que en el mismo avión donde él volaba para París, ella iba en búsqueda de paz y tranquilidad, al menos hasta que su bebe naciera.¿Quién podría decirlo? El hombre que un día la intimido era el mismo hombre que hoy le ayudaba a salir de un problema en el que se metió. No era que pidiera un favor, no era que esperara algo a cambio, él lo hacía como un padre protegiendo a su hija, ya que no había sido nada fácil enfrentarse a la ira de su propio hijo.Eva solo dejaba que cada lágrima limpiara el dolor que llevaba p
Último capítulo