Los días pasaban; ni Alejandro ni Eva tienen una idea de lo que se está moviendo a su alrededor.
Alejandro es invitado a una convención; asiste por compromiso, más que por placer; en aquella, se topa con Sergio Carrasco, todo pareciera una coincidencia. Una coincidencia que había provocado Sergio para medir hasta dónde Alejandro podía ser un peligro.
- Alejandro Mendoza, mira nada más qué nos ha traído el viento. -dijo Sergio con sarcasmo.
- Sergio Carrasco, supe que ya habías tomado el control del Grupo Carrasco. -dijo Alejandro de modo indiferente.
- Sí, luego de unas merecidas vacaciones, ya estoy de vuelta. -dijo el hombre esbozando una escalofriante mirada y sonrisa.
Aquellas palabras no parecían decir nada, pero solo ellos dos podían sentir el filo en cada letra.
- ¿Cómo has estado, Alejandro? ¿Qué dice la familia? Escuche que tu padre falleció debido a un accidente.
- Sí, lamentablemente así se supone que sucedió.
- Lo lamento, yo también he perdido a un gran hombre. Teódulo Car