Eva estaba en la oficina revisando algunos pendientes, cuando de repente su asistente entró un poco tímida a la oficina.
- Señora… Tiene una visita, pero no tiene cita.
- Hmm… ¿Quién puede ser? -dijo Eva sin levantar la vista del monitor.
- Me dijo que su nombre es Martina Monroy. -dijo la asistente con un poco de duda.
Eva, al escuchar el nombre, inmediatamente levantó la vista y se sorprendió ante las palabras de la chica.
- ¿Cómo?
- Su nombre es Martina Monroy.
Eva dejó de hacer lo que estaba haciendo y recargó la espalda en el asiento, cerró los ojos y pensó en qué era lo mejor que podía hacer en aquella situación; luego de unos breves segundos, dijo:
- Déjala pasar y que nadie me interrumpa en la próxima hora.
- Está bien… -dijo la asistente un poco dudosa.
Eva sabía que esta plática se la debían desde hace ya bastantes años, aunque no imaginaba que Martina sería quien daría el primer paso.
Tras unos breves momentos, Eva pudo ver entrar a una mujer completamente diferente a lo que