Alejandro condujo hasta el aeropuerto a toda velocidad, llevando de copiloto a Alana, quien solo observaba. La mujer que llevaba años conociéndole, sabía que cuando este hombre estaba de mal humor, solía dar largos paseos en sus deportivos a toda velocidad.
Alejandro debía ser honesto, tenía varias cosas que no había compartido con Eva, delante de ella, mostraba una faceta tranquila y apacible; sin embargo, tenía un lado que pocas personas conocían. Entre esas personas estaba Serena, con quien había vivido una temporada, y obviamente Alana.
Al llegar al aeropuerto, el hombre descendió de su auto y subió al avión privado que ya lo esperaba. Su encargado de seguridad, tuvo que pedir a la agencia uno privado, ya que su jefe no aceptaría un no como respuesta.
Alejandro llevaba un intenso dolor de cabeza de pensar y sobre pensar la relación que existía entre su padre y Eva. Por más que quería encontrar un lado amigable al asunto, no podía encontrarlo.
Él conocía a su padre y sabía que n