El silencio que siguió fue absoluto, tan denso que hasta los pájaros parecieron callar.
Kian dio un paso atrás como si lo hubieran golpeado, sus ojos azules abriéndose en una comprensión brutal. Asher soltó un gruñido bajo, los puños cerrándose hasta que los nudillos palidecieron.
Kieran la miró como si la viera por primera vez, la sorpresa lo golpeó esta vez. Los tres al unísono, posaron la mirada en Cassian y entonces lo vieron, la similitud.
Los ojos azul hielo, la mandíbula fuerte, esa expresión arrogante y desdeñosa que Kash reproducía sin esfuerzo. Hasta el porte, la forma en que su presencia dominaba el espacio.
El trillizo mayor era la copia de su padre, aunque los últimos se parecieran un poco más a Katherine.
Cassian no dijo nada, solo sonrió marcando una curva lenta y peligrosa en los labios aún manchados de sangre seca como si supiera lo que estaban pensando ahora mismo sus adversarios, mientras su pulgar rozaba de nuevo la parte baja de la espalda de Katherine en una cari