CAPÍTULO 72: UMBRAL
Eden
El dolor me parte en dos, justo cuando la puerta blindada del búnker se abre. Mi corazón da un vuelco, pero me tranquilizo cuando los veo a los dos entrar. La puerta se vuelve a cerrar y todo vibra: mi columna, las luces de emergencia, el eco de disparos lejanos que ya no sé si son reales o pura memoria. Lo único que sé con certeza es que la próxima contracción va a arrancarme el alma… o a traerla al mundo.
—Respira, yáblaka, respira hondo—gruñe Dmitry mientras se lanza a mi lado.
Él no se paraliza, me toma en sus brazos y me lleva hacia la cama a la que no pude llegar. Enseguida coloca mantas a mi lado. Su voz sigue igual de fría, pero sus manos se mueven rápido, seguras, como si parir hijas en refugios antibombas fuese parte del temario de la Bratva.
—¿En serio? —jadeo—. Nueve meses sin saber de ti y regresas para jugar a la partera clandestina. Tu sentido de la oportunidad es impecable, Freezer.
Tal vez no es momento para bromear, pero no me queda más que e