Bastian se puso de pie en donde estaba. Pude ver en su rostro una determinación absoluta. — Llegó el momento — dijo.Luego miró a los ancianos del Consejo. — Todos prepárense para defender la ciudad.Cuando yo volteé a mirar a Mael, lo vi suspirar profundo. — Tienes que venir conmigo — le dije.Pero él negó. — Sabes que no puedo hacerlo, Alicia. Es mi manada. Tengo que recuperarla. No puedo permitir que Alexander haga esto. Es prácticamente un suicidio. La manada no conoce la tormenta eterna, e invadir Flágela es prácticamente imposible. Es una misión suicida y no entiendo por qué Alexander está guiando la manada hacia esta trampa. — Pero tienes que acompañarnos. Es la única oportunidad que tienes para averiguar qué es lo que pasó con tu madre, por qué te abandonó de esa forma. — Pero tengo que recuperar la manada. — ¡No tienes que recuperar nada! — le dijo Bastian, bajando de su tarima y caminando hacia donde estábamos nosotros, con su paso firme, con su voluntad de Alfa — .
Cuando Samir estuvo libre, no pude evitar sentirme un poco intimidada. Era un vampiro alto y fuerte, un puro completo, muy seguramente más fuerte que muchos lobos. Aunque los lobos eran los más fuertes de su mundo, la sangre más pura de cada especie siempre sería un excelente contrincante.Estaba segura de que si Samir quisiera asesinarme, en solo un segundo podría hacerlo sin que nadie pudiera evitarlo. Pero no teníamos opción. Nosotros debíamos confiar en su respuesta a la guerra, diciendo que esto era mucho más importante que la batalla que se avecinaba entre Luna Azul y Flagela. Me había asustado. Tal vez era verdad, tal vez el asunto de la Portadora del Hielo era algo mucho más importante.Visitó uno a uno a los vampiros que aún estaban en la celda. A todos les dio sonoros besos en las mejillas y en la frente, y les prometió que volvería. No pude evitar sentirme enternecida por aquel acto. Un general, por lo regular, siempre era de sangre fría y no le importaba a quién dejaba atr
Me volví hacia el grupo de lobos que estaba allí, algunos cargados con los insumos que necesitábamos para el camino. Samir, orgulloso, levantó el mentón ante todos. — Si son capaces de seguirme el ritmo — dijo — , llegaremos al Aquelarre de la Luna en dos días y medio, cuando mucho. Esperemos que menos. Es un viaje largo y peligroso. Hay dos puntos en los que podemos pasar la noche, y sí o sí tenemos que llegar a ellos antes de que anochezca, o la tormenta eterna va a matarnos. No existe criatura que pueda sobrevivir una noche a la intemperie. Tal vez el Rey Cuervo, pero él no podrá protegernos a todos.Salomón sacudió sus alas como respuesta. Aún no confiaba en él. Recordaba perfectamente que, en la aldea, había usado el suero inhibidor para quitarles los poderes a los lobos. Luego, Alexander había usado el mismo suero para quitarle los poderes a Ángel y flagelarlo en público, solo para provocar a Ismael. La única forma en la que el lobo, que ahora se hacía pasar por el Alfa de Lun
Los últimos pasos antes de llegar al aquelarre fueron devastadores. Sinceramente, pensé que no sería capaz de sobrevivirlos. Pero tenía que hacerlo, ¿no era así? Ni siquiera habíamos llegado a la montaña y yo ya sentía que no sería capaz de sobrevivir al viaje de regreso. Me sentía tan cansada y agotada que tuve miedo de ni siquiera ser capaz de completar ese viaje. Me aferré con fuerza al pelaje de Ángel mientras seguíamos avanzando por la inclemente tormenta. Parecía que a cada paso la tormenta se hacía más y más pesada, más fuerte, como si quisiera arrancarnos del sueño. Tal vez así era.Me pregunté si la tormenta tendría fin alguna vez, si tendría un límite o un borde. Incluso Samir parecía afectado por el frío inclemente, por la ventisca. Sus pasos se hacían lentos, y uno de los lobos exploradores que envió mi padre para protegernos tuvo que ayudarlo con la punta de su hocico para que el viento no lo elevara. — ¡Falta poco! — gritó por encima de la ventisca.Yo cerré los ojos y
A Salomón lo habían vestido con un extraño mono verde oscuro. Si los colores eran tan importantes para el aquelarre, seguramente el marrón significaba lobos y el verde oscuro gente del bosque. De todas formas, sus alas eran suficientemente anchas como para que tropezaran con las paredes de piedra del lugar. Bajo la montaña, podía escucharse el sonido metálico de las plumas rasgando la superficie. — ¿Ustedes tienen algo que ver con el aquelarre de las estrellas? — preguntó Sirius, entusiasmado, mientras caminábamos por los pasillos.El hombre se encogió de hombros. — No mucho, la verdad. Hace unos cuantos siglos ambos aquelarres tenían contacto. Después de lo que sucedió con los Reyes Cuervo en la ciudad de Agnaquela, nos hemos distanciado bastante. — Es que me parece curioso — continuó Sirius — . Ambos aquelarres no son como los tradicionales. Se han enfocado más en la magia, heredando costumbres de la gente del bosque… Solo que ellos con las estrellas y ustedes con la luna. De v
— Creo que es mejor que hablemos en un lugar más cómodo — dijo el transformista.Señaló una puerta a la derecha. Caminó hacia ella, la abrió, y todos entramos uno a uno, ya que era una puerta relativamente estrecha.Entramos a un salón que era completamente diferente a todo lo que habíamos visto dentro del aquelarre. Era amplio, con un enorme tragaluz de forma redonda en el techo que dejaba entrar la blanca luz de la tormenta eterna que azotaba la montaña sobre nuestras cabezas. Había muebles tapizados con cojines de plumas y una enorme chimenea que calentaba todo el hogar.Lo primero que hice cuando llegué fue caminar directamente hacia un pequeño cojín en el suelo, que había junto a la chimenea, y me senté sin siquiera pedir permiso. Estaba agotada y tenía tanto frío que no pude evitar dejar escapar un poco el aire cuando aquella sensación cálida me reconfortó.Todos nos acomodamos en el lugar. Axel, el transformista, se sentó en un amplio escritorio de madera brillante y pulida y
Se casaba con ella, el amor de mi vida se casaba con otra mujer, con mi hermana Lilith, por que yo no era suficiente, no era más que una omega sin loba que servía el té y lavaba los baños, no era más que una esclava en la familia.Soy la hija mayor de la manada Luna azul, pero en mi sangre no corre la magia de los lobos. Mi padre tuvo una segunda hija de sangre pura, una loba de raza superior que ocupó el lugar que me correspondía en la manada, relegándome al papel de una sirvienta, pero ese día era más agotador de lo normal. Todos los generales de mi padre se habían reunido para presenciar el matrimonio de mi hermana con un lobo fuerte y poderoso de la manda que estaba destinado a convertirse en el alfa, pero ese lugar era el que me correspondía a mí, sin embargo, estaba ahí en la cocina preparando el pudín.Ser azotada era algo común, pero esa noche los golpes fueron especialmente frecuentes. La boda dio inicio con una gran algarabía, fui empujada entre los esclavos hacia el salón
Sentí que las fuerzas en las piernas me fallaron, el corazón latió con tanta fuerza que tuve que aferrarme a una silla para no caer.— ¿de qué hablas? — le pregunté a mi padre con la voz rota — eso es mentira, yo no…— El guardia te vio, querías escapar con esos lobos blancos que atentaron contra la vida de el prometido de tu hermana — yo voltee a mirar alrededor, y en efecto, Mael estaba desnudo, seguro por haberse transformado y cubierto de sangre ayudando a los heridos, la fiesta se había convertido en un caos.— ¡Cómo puedes pensar algo así! Como puedes pensar que dañaría a mi manada — mi padre recortó la distancia que nos separaba y me tomó con fuerza por el cuello.— Tú ni siquiera eres una loba… no perteneces a esta manada, ¡lárgate! —me empujó con fuerza y caí al suelo, pero mis ojos se llenaron de lágrimas.—Papá… — le supliqué, pero él me miró con odio.— ¡Lilith, tú hermana está exiliada, llévatela de la manada! — Entonces mi hermana apareció, era una loba de raza superior