Ana Avendaño era una mujer intrépida. Su periódico era el que había expuesto a todas las criaturas del submundo. Con la ayuda de Kerr y su testimonio, habían logrado hacerle entender al mundo que nosotros existíamos, que estábamos ahí y que necesitábamos ayuda.
Ella y su esposo, Eduardo, habían creado la Organización de Protección y Preservación de las Especies del Submundo. Y había llegado justo cuando más la necesitábamos. Había recibido el mensaje de Sirius y utilizó todas sus influencias para llegar esa misma noche a la pradera. Nos había salvado.
Porque a pesar de que el ejército de Mordor estaba neutralizado, a pesar de que Mordor estuviera muerto y de que yo hubiera logrado deshacerme de las criaturas, en efecto, los humanos aún estaban ahí, y sus armas hubieran logrado terminar lo que Mordor había empezado. Pero ella llegó a tiempo y nos rescató a todos.
Ya había pasado un largo mes desde aquello. Mi poder del hielo había regresado nuevamente, y era más fuerte que nunca. Había