151.
Miré a los ojos de aquella mujer, la que se suponía que había sido mi madre, la que me había criado, y no pude encontrar en ellos más que un halo de rabia… y también de vergüenza. Claro, era eso lo que podía ver en sus ojos: vergüenza. Podía distinguirlo y percibirlo porque no era capaz de mirarme a los ojos.
Sentí tanta rabia en ese instante que pude percibir levemente aquella sensación cruzante en mi pecho. No sabía si era directamente el poder del hielo que quería escapar, o tal vez mi loba interna, pero fuese cual fuese, significaba que mis poderes comenzaban a regresar. Esa era la oportunidad.
Mientras abría la celda para que nosotros saliéramos, le dio una rápida mirada a Donovan, y él la entendió. Entendió que mis poderes estaban regresando. Pero nuestro plan tenía un gran defecto: los ojos del transformista. En cuanto yo recuperara mis poderes, tal vez podría utilizar mi magia para que los poderes del vampiro regresaran antes de tiempo… pero si lo hacía, sus ojos rojos brillar