“Hilos de Sangre”
CIRO
El avión aterrizó en California y junto a mi insomnio potenciado por el abuso de cafeína, también llegó Peter.
Esta será sin lugar a dudas la noche más larga, dura y extenuante de toda mi vida y necesito más que nunca manos, cerebros, ojos y confianza extra.
El pre acuerdo fue firmado en la tarde y con una copia bajo el brazo y un ascenso que me está dando el poder de hacer y deshacer, subí a mi avioneta tomando la decisión de adelantar para ya, el encuentro con el antiguo amigo de mi padre.
—Te va a dar una maldita embolia si sigues metiéndote café y tabaco como un demente.
Mi socio me ojea con desaprobación, negando y marcando sin parar que odia el hecho de que no haya podido dejar el vicio del cigarro.
—Hoy te voy a pedir por favor que no me rompas las pelotas —subo al uber.
Pese a que no tengo nada personal en contra de los uber y prefiero manejar mi propio coche, esta noche accedí a uno.
Me tiemblan las manos, estoy sobregirado, por momentos se me nubla la