La celebración comenzó apenas terminó el último aullido.
El valle entero quedó iluminado por antorchas y luces cálidas. Mesas repletas, música, danzas, lobos transformándose para correr un rato y volver a bailar.
Viktor no se separó de Diana ni un solo segundo.
Muchos lobos se acercaron a saludarlos, a felicitarlos, a entregar obsequios de sus manadas. Luna Creciente estaba eufórica; Estrella Plateada los miraba con orgullo. Los clanes aliados hicieron fila solo para conocer a la nueva pareja.
Entre todos los rostros apareció uno que Diana reconoció al instante.
Betany.
Se veía distinta.
Radiante.
Contenta.
Más… completa.
Su aura estaba envuelta en una energía tranquila, madura, feliz.
Por instinto, Diana buscó detrás de ella a Erick.
No estaba.
Un golpe frío le bajó por la espalda.
Sabía que esto debía ser duro para él.
Muy duro.
Pero también sabía que él