Capítulo 63.
POV: Carlos
Un mes.
Un puto mes desde que Camila se fue. La gente cree que todavía está aquí, en el hospital, rodeada de médicos, máquinas y enfermeras. Para el mundo, mi esposa sigue siendo la primera dama convaleciente, débil y vigilada día y noche. Para mí, es solo una ausencia que pesa más que el plomo.
Duermo en una de las habitaciones del hospital, a pocas puertas de la “habitación” donde supuestamente ella descansa. Un teatro perfecto: luces bajas, un cuerpo falso en la cama, guardias en cada esquina. Yo, el presidente, convertido en actor de mi propia mentira. No hay descanso. No hay tregua. El silencio del hospital me perfora los oídos cada noche.
Miro el techo y pienso en ella, allá afuera, en la finca que escogí para esconderla. Lejos de todo. A salvo. Pero esa certeza no me calma. La extraño. Extraño su voz, su mirada, hasta sus malditas discusiones. El frío que deja en esta cama vacía es más real que cualquier escándalo.
Y sin embargo, no puedo permitirme caer. No ahora.