Lía no soportaba a Astrid, pero ya había dado el primer paso al alejarse, y no quería que Mikkel estuviera solo, ahora tenía que darse prisa. El médico había sido claro con ella, con cada día que pasaba, las posibilidades de éxito del tratamiento disminuían, pensó en que afortunadamente tenía a sus amigos, porque enfrentar esto sola sería insoportable, ya que no contaba con su único familiar, su padre.
Al día siguiente, Mikkel salió muy temprano hacia la empresa, Lía tomó su auto y se dirigió a su taller, extrañaba la vida sencilla que llevaba antes, al estacionarse frente al local, un nudo se formó en su garganta, ese lugar era su sueño, y el de Diego, la invadieron los recuerdos.
Abrió la puerta del auto y bajó para entrar en el taller, Mikey se sorprendió al verla.
—¡Jefa! —Exclamó, dejó a un lado la herramienta que tenía en las manos, y se acercó a ella, sonriendo.
—¿cómo va todo? —preguntó después de saludarlo, recorriendo el lugar con la mirada.
Mikey mantenía el taller impecab