La sonrisa de burla dibujada en los labios de Astrid, le crispó los nervios a Lía, era como si Astrid disfrutará viéndola llegar con el rabo entre las piernas, bueno, conociendola, claro que lo disfrutaba, si no fuera porque sabía que Mikkel no permitiría que otra mujer se le acercara.
—Vaya, Lía —dijo Astrid, voz dulce pero tan filosa como un cuchillo— pensé que te arrepentirías, aún siento que tienes dobles intenciones con esto, siéntate. ¿Quieres café? ¿O algo más fuerte para el valor?
Lía se sentó frente a ella, sentía el estómago revuelto nada más de verla.
—No, gracias, vamos al grano.
Astrid se rió y removió el café con la cuchara.
—Al grano, perfecto, según tú, me ayudarás a reconquistar a Mikkel. Pero quiero saber el motivo, para ver qué terreno piso, ¿Tan rápido te aburrió Mikkel? ¿O es que el matrimonio por contrato no funcionó?
Lía se tragó la furia que sentía ante su sonrisa estúpida y sus palabras, el comentario le dolió como una bofetada, pero no le daría el gusto de q