Cap. 78 Lo destruyo. Incluyendo al ladrón.
Cap. 78 Lo destruyo. Incluyendo al ladrón.
El pánico, genuino y helado, se apoderó de Celeste. Sus ojos, muy abiertos, se desplazaron entre Isabella, una estatua de ira contenida, y Lucius. Pero en él no encontró el refugio que siempre había explotado. Él miraba la escena con una distancia abismal, como si fuera un espectador de un drama ajeno, como si los lazos que ella creía indestructibles se hubieran evaporado.
Entonces, Lucius dejó caer la bomba, con una naturalidad que fue más brutal que cualquier grito.
—Madre —dijo, dirigiéndose a Isabella con un respeto que nunca le había mostrado a Celeste en ese tono—, me voy. Debo cuidar a mi esposa. Su embarazo está inestable. —Hizo una pausa, y su siguiente frase fue el golpe de gracia, dicho no como un reproche, sino como una simple declaración de prioridades.
—Debo consentirla.
Se inclinó y depositó un beso seco en la frente de Isabella, un gesto de alianza y despedida. Luego, sin siquiera una mirada de reojo hacia Celeste, dio media v