36

Ariadna terminó de comer en silencio. No tenía mucha hambre, pero sabía que necesitaba el analgésico. El cansancio le pesaba en los hombros. La casa era demasiado grande para sentirse cómoda.

Dante estaba de pie cerca de una puerta lateral, hablando por teléfono en voz baja. No parecía una conversación tranquila. Su espalda estaba rígida.

—No. Ya te dije que no —dijo—. Esta vez no.

Colgó sin despedirse.

Luego volteó hacia ella.

—Voy a salir un rato —dijo—. Hay cosas que tengo que resolver en persona. No será largo.

Ariadna levantó la mirada.

—¿Me vas a dejar sola?

—No —respondió—. Hay personal suficiente. Nadie va a entrar aquí sin mi autorización.

Ella asintió, sin discutir.

—Si necesitas algo, pídelo —añadió él—. No te falte nada.

—Está bien.

Dante caminó hacia la salida. Se detuvo un segundo, como si fuera a decir algo más, pero no lo hizo. Abrió la puerta y se fue.

El sonido del motor alejándose se perdió rápido entre los árboles.

Ariadna soltó el aire despacio.

La casa volvió al
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
capítulo anteriorpróximo capítulo
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App