33

Si el infierno tuviera paredes doradas y seguridad perimetral con francotiradores, se parecería bastante a la mansión Ruslanov.

Después de la desaparición de Artem, todo el sistema se transformó en una trampa de vidrio: reforzado por fuera, pero quebrándose con cada segundo que pasaba. Doblaron la vigilancia, instalaron lectores biométricos en cada puerta, y hasta los cocineros tenían que mostrar identificación para entrar a la cocina. Y aun así… había algo, o alguien, que seguía jugando con nosotros como si fuéramos fichas de ajedrez.

Y yo empezaba a entender quién movía las piezas.

—¿Estás segura de que esto es buena idea? —preguntó Lena, mientras cerrábamos la puerta de la biblioteca tras de nosotras.

—No —le respondí, sosteniendo la caja de madera que acababa de sacar de la parte trasera del escritorio del tío Sergei—. Pero la buena idea sería esperar a que alguien más muera.

Lena me miró como si fuera a decir algo, pero al final solo asintió. Yo tampoco estaba segura de lo que ha
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP