Mundo de ficçãoIniciar sessão¿Qué pasaría si tus padres un día te sientan en la sala de tu casa y te explican que debes de casarte con un desconocido? Keyla Sofía Clark ha sido una buena chica toda su vida, sus padres nunca han tenido que quejarse por su comportamiento. Tras descubrir que tendría que casarse con el guapísimo y enigmático Adam Hamilton su vida da un giro totalmente inesperado.
Ler mais–Pero, ¡cómo es posible!
Mis gritos retumban por toda la casa, mientras mis padres intentan calmarme, pero nada de lo que hagan hará que me parezca buena idea lo que se les ha ocurrido. ¿Qué se han creído? ¿Qué pueden hacer lo que quieran con mi vida solo porque soy su hija? –Keyla cálmate, no hagas una tormenta en un vaso de agua por esto. Miro a papá como si le hubiesen salido dos cabezas y aprieto mis manos en puños. detesto cuando utiliza el tono de "Todo estará bien", cuando ambos sabemos que no será así. - ¿Qué no haga una tormenta? Lo dices como si fuera normal que en pleno siglo veintiuno mis padres quieran obligarme a casar con alguien. Mi madre corre a mi lado en el sillón y pasa sus manos suavemente por la mía tratando de convencerme con ello para que baje la voz. –Mi niña, esto no es un simple casamiento. Es algo mucho más grande – hace una pausa y busca mi cabizbaja mirada – es una alianza, una que va a asegurarte una buena vida el resto de tu existencia. Retiro mi mano de la suya como si me hubiese estado quemando. –No quiero una vida cómoda al lado de un hombre que no amo madre. Me levanto del mueble en el que estaba sentada cuando mis padres me dieron la trágica noticia de que me harían casar con un idiota solo para aumentar su poder y fortuna. Como si ya no tuvieran suficiente y estuvieran pidiendo limosnas bajo un puente. Todo esto es tan injusto. –He sido buena. Jamás se han tenido que quejar de mí – una salvaje lagrima cae por mi mejilla y no hago nada para detenerla, ni a las demás que se aproximan a hacer su aparición – Mis notas del colegio son perfectas, no salgo de fiestas, nunca he tomado alcohol y soy virgen, Por Dios, soy una maldita virgen de 17 años, y eso padres es muy difícil de encontrar en estos tiempos ¿Por qué me castigan? Los ojos de mi madre se salen de orbita, pero no me importa nada. Lo último que me interesa ahora mismo es que mis padres se escandalicen por haber lanzado una palabrota en sus caras y que haya hecho alusión a mis virtudes sin necesitad. –No te estamos castigando Keyla Sofía. Y ya bastas de hablar como una camionera. Eso no fue lo que te enseñamos. No, no fue lo que me enseñaron, pero quieren hacer que me case con alguien por dinero, quizás de ahora en adelante lo que debo de hacer es comenzar a soltar alaridos, comer con las manos y andar sin zapatos, porque definitivamente los ideales con los que ellos me criaron no parecen estar nada bien. pongo los ojos en blanco y observo a mi madre levantarse de su silla con ese andar imponente que la caracteriza y se pone del lado de mi padre. –Ya todo está arreglado con los Hamilton. Esta noche hacemos oficial el compromiso. –¿Esta noche? – Exclamo con una mezcla de fastidio y sorpresa – ¡Perfecto! ¿Siquiera pensaban decírmelo? O es que no hubiese funcionado llevarme a una cena con extraños y venderme como un trozo de carne sin que me diera cuenta. –Sabíamos que no lo tomarías muy bien y decidimos esperar un poco para comentarte nuestros planes. –¿Y cómo se supone que debo de reaccionar si mis padres están haciendo un trueque conmigo y me tratan como si fuera una propiedad? Mamá separa sus labios como señal de que dirá algo, pero antes de que lo hago salgo del despacho de mi padre con fuertes pisadas y un portazo. Nunca les había hablado de esta manera. Siempre he sido la hija correcta que no hace nada fuera de lugar, pero esta vez se lo merecían. Imaginaba el resto de mi vida yendo a la universidad con mis amigos, conociendo gente nueva, adquiriendo conocimientos y graduándome, para luego ejercer mi carrera como es debido, casarme y quizás tener hijos. Pero mis padres tenían una idea muy diferente de lo que sería mi vida cuando saliera de la secundaria. Por lo visto a ninguno de los dos les parecía bien tenerme en un campus universitario estudiando y volviéndome independiente, ellos preferían venderme al mejor postor o donarme a un chico para que tuviera una casa bonita y fuera tratada como un mueble más. A veces me pregunto porque tuvieron que ser ellos mis padres. Entro a mi habitación, me desplomo en la cama para dejar que mis lágrimas fluyan con mayor fuerza y ahí permanezco, tirada boca abajo llorando por lo que parecen ser horas hasta que recuerdo algo: "Le había dicho a Claudia que la llamaría desde que terminara de hablar con mis padres. Estará histérica cuando logre contactarla". Tomo mi celular para marcarle y al segundo tono ya escucho su voz chillona gritándome. Claudia es mi mejor amiga desde que tengo seis años, siempre ha estado ahí para mí. Nos conocimos en el jardín de infantes, cuando un abusón intento meter mi cabeza en el escusado y ella me defendió llamando a un sin número de chicos que terminaron invirtiendo la situación. Todavía recuerdo la cara del pequeño Tomas mientras salía corriendo del baño de chicas con lágrimas en los ojos prometiendo vengarse de ella. Claro, que no pareció una venganza cuando hace dos años ambos salieron durante ocho meses y Claudia terminó rompiéndole el corazón en mil pedazos, o al menos eso expresaba en las cinco canciones que le dedicó en su primero álbum firmado. Debió de verlo venir; Nunca confíes en una chica que es capaz de hacerte tragar agua del retrete. Lo curioso de nuestra amistad es que somos totalmente diferentes. Su físico es el de una modelo, ama la moda, los chicos, las fiestas y odia todo lo que tenga que ver con estudios, en cambio yo me considero una persona normal o aparente, me cansa ir de compras, no voy de fiesta y adoro leer. Somos como un mal chiste de gallegos. –¿Por qué tardaste tanto? Te estaba contando lo maravillosamente sexy que es el chico con el que saldré este sábado. Y ahí está ella, hablando de chicos como siempre. –Lo siento, lo de mis padres se tomó su tiempo. –¿Estuviste llorando? – Hace una pausa esperando mi respuesta, pero no digo nada –¡Oh sí que estuviste! ¿Qué ha pasado Sofí? –Nada, solo... En cuento intento hablar de nuevo un nudo enorme en mi garganta se hace presente. –Cálmate, ya mismo tomo las llaves de mi auto y llego a tu casa. –¡No, no vengas! Saldré esta noche y ya se está haciendo tarde. –Pero... –Mis padres quieren casarme para asegurar nuestra fortuna y mi compromiso se hará oficial hoy. Se hace un tremendo silencio desde el otro lado de la línea. –Eso... no me lo esperaba –Escucho como resopla fuerte, ya me la puedo imaginar pasando su mano por su pelo con desconcierto como hace cuando no entiende algo – Espera, esto es una especie de broma tuya. Rio por lo bajo. –Qué más quisiera yo. –¿Se han vuelto locos? – Tuve que alejar el celular de mi odio para no quedarme sorda – No pueden casarte con una persona que no amas... ¡por dinero! ¿Pero que les pasa? –No lo sé. Dios, Esto parece una pesadilla. –Sofía, dime que no vas a ir esta noche. Dime que no vas a hacer esto. Nuevas lagrimas empiezan a salir de mis ojos, pongo mi mano libre sobre mi boca para evitar soltar un sollozo. No sé cómo decirle a mi mejor amiga que voy a acceder a los deseos de mis padres aun cuando sé que podría arruinar mi vida. –Por Dios, lo harás... –No tengo otra opción Claudia. –Si la tienes, puedes decirle a tus padres que si tanta ambición tienen que se casen ellos con el mono que te han conseguido. Suspiro ruidosamente y tomo mi cabeza con la mano por el dolor que va subiendo desde mi nuca. Claudia no esta siendo de mucha ayuda ahora mismo, solo esta logrando que me estrese mas. –¿Al menos sabes quién es el chico? Al fin un cambio de tema... –Sí, solo mencionaron el apellido, pero pude deducir que es Adam Hamilton. Una de las personas, en nuestra sociedad, mejor conocida por su notable belleza y falta de entusiasmo por tener contacto humano. Había tenido pocas oportunidades de socializar con el chico, y debo de decir que nunca ha sido grato; sin contar que la polémica lo sigue a todos lados. ¿Sabrá mi padre esa información? O solo se fijó en que tan abultada está la cuenta de su progenitor, George Hamilton. –¡No inventes! Al menos el pretendiente es de buena calidad – No estoy tan Segura de eso – Escuché decir a Britney que se había graduado recientemente. Su hermanos mayor es amigo de él. Por cierto, me retracto con lo del mono. Intento escuchar lo que mi mejor amiga dice pero unos golpes en mi puerta me distraen. –Clau, te llamo luego ¿sí? Tengo que prepararme para esta cosa. –¡Claro! Luego me dices como fue el show de marionetas. Cuelgo el teléfono con pesar y exhalo exasperada. Claudia no pudo haberlo dicho mejor. Esto será todo un espectáculo.Tipos de cristalería, mesas, sillas, manteles ¿A caso no había venido solo por las invitaciones?"Mamá, esta me la pagas".He querido salir corriendo de aquí desde el primer momento en que me di cuenta de que la joven que ayudará a organizar los preparativos no paraba de coquetear, con el que se supone, es mi novio, todo esto frente a mis narices, como si estuviese pintada.Miro con fastidio el otro grupo de copas que me muestra la estúpida pelinegra planeadora de bodas y tomo una en mis manos para que deje de ondearla ante mis ojos como si fuese una bandera.¿No se da cuenta que para mí todas son iguales?-Y, ¿que opinan? – Observo Adam y este me devuelve la mirada con gesto cansado – Si se finjan, estas tienen una fina línea con oro incrustado, son bastante exclusivas y costosas. Sería un toque especial para una boda tan impresionante como la que ustedes están planificando.-Esas usaremos.En cuento escucho esto el aburrimiento y la irritación que se habían apoderado de mi cuerpo de
El timbre de la escuela suena y todos paramos de escribir nuestros exámenes. Miro a mi alrededor buscando la melena rubia de Claudia y la encuentro observándome con evidente emociona – Estuvo estudiando durante toda la semana para salir bien en ellos – Sonrío y enseño mi lengua a mi mejor amiga, al mismo tiempo que me levanto con mi bolso para dejar la prueba sobre el escritorio del maestro y salir del aula.Suspiro con alivio mientras camino por los largos pasillos del Harrison High.¡Al fin terminamos la semana de exámenes!Ya estaba harta de la presión. Al paso que iba me quedaría calva.Dejo de caminar , me paro frente a mi casillero para dejar mis cosas, cierro la pequeña puerta cuando termino y voy hacia la salida buscando a Claudia.Tengo que dejar esa costumbre de irme de los lugares antes que ella, por culpa de eso he de esperarla por media hora hasta que se digne a dejar de hablar con todo el que se cruce en su camino. Al menos cuando voy junto a ella hago que acelere el pas
Despierto con un fuerte e insoportable martilleo en mi cabeza y una horrible sed que casi quema mi garganta. Intento moverme pero el peso de una persona me lo impide, volteo a ver quién se encuentra abrazado a mi espalda como si de un salvavidas se tratara y no me sorprende ver qué es Colton. Observo detalles del lugar en el que estoy acostada para darme cuenta de que me encuentro en su habitación."¿Como llegue aquí?"Muevo los brazos de mi pesado amigo logro sentarme en la cama, miro hacia abajo y veo que llevo puesto un pijama rosa corto demasiado, femenino para mi gusto."Esto no era lo que llevaba anoche. ¿De donde salió el conjuntito?"pongo mis pies en el piso, tratando de olvidar la nueva interrogante que se asoma en mi cabeza referente al cambio de ropa, y cuando lo hago un horrible mareo hace que vuelva a sentarme de golpe.-Hey, ¿a donde crees que vas con esa resaca?La voz de Colton me sobresalta, no esperaba que se despertara tan pronto. Supongo que he perturbado su sueñ
Los días se van volando y para cuando me doy cuenta han pasado dos semanas y no he vuelto a ver a Adam. Pasó mis dedos por la pantalla del celular mientras suspiro y vuelvo a leer en mi mente las dos ultimas palabras que me han estado tentando a coger mi móvil y marcar su numero. "¿Estás bien ?" Hubiese deseado que me escribiera nuevamente después de aquel corto mensaje, pero no lo ha hecho y yo no tengo las agallas suficientes para ser la primera en dar el paso. Pero, ¿Como llamarlo si lo último que supe de él fue que iba a resolver un asunto relacionado con una persona llamada "Tommy" junto a su novia? ¿Como llamarlo si prácticamente me dejo tirada para irse con ella ? Pongo el celular sobre mi mesa de noche y me acuesto boca arriba mirando el blanco techo de mi habitación deseando que por obra y gracia se me quite lo idiota y deje de desear que Adam recuerde mi, por lo visto, insignificante existencia. Unos leves toques en mi puerta hacen que salga de mi ensimismamiento y si
Los ojos de Adam se mantienen abiertos, completamente expectantes ante el rostro que seguramente el conoce como la palma de su mano. Su pelo rubio se mueve al compás del viento mientras nos observa tan detenidamente como nosotros a ella –No recordaba que fuera tan hermosa, pero lo es – Su cara redondeada, nariz perfilada, ojos azules y su boca tan roja como un cerezo hacen que sienta que no tengo nada especial y que puede opacarme. -Ana... El sonido de su nombre en sus labios hace que mi corazón se rompa en mil pedazos. El cuerpo de Ana se mueve ágilmente hacia nosotros, como si tuviera miedo de ser vista y se para frente a la ventanilla de Adam, a lo que esté la baja de inmediato. -Hola Adam. Adam no dice nada, sólo se limita a mirarla con anhelo, mientras ella lo ve con una liga de miedo y afecto que jamás había visto en mi vida. Y en ese momento soy consciente de que soy una intrusa entre el encuentro de dos enamorados. No debería de estar aquí, no debería de estar viendo
No sé cuánto tiempo tenemos aquí besándonos como si no existiese mañana, tampoco sé si lo que estoy haciendo está bien. Lo único que comprendo es que la sensación que siento cuanto nuestros labios se unen es demasiado exquisita como para dejarla – No sabía que era posible sentirse de esta manera solo con un simple roce de labios – Dejo que las manos de Adam bajen por todo mi costado, tocando cada curva de mi cuerpo haciendo que una corriente eléctrica se apodere de mi espina dorsal, mientras yo sin ninguna vergüenza paso mis manos por su sedoso pelo castaño halándolo un poco; tras mi acción recibo de su parte un leve jadeo. Esto hace que el beso se vuelva más intenso y que sus manos sostengan mis piernas para hacerlas enredada en su cintura.Siento como mi trasero choca con algo duro, pero hago caso omiso a lo que podría ser. En otro momento me hubiese quejado del dolor, pero ahora mismo en lo que menos pienso es en el daño que podría haberme hecho.Los labios de Adam dejan los míos p





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