Ha pasado menos de una semana desde que Damon hizo ese anuncio bomba ante la prensa: “Nos vamos a casar.”Sí, así sin anestesia. Como si se tratara de una celebración romántica cuando en realidad fue una jugada estratégica. Él quería mandar un mensaje, uno bien claro: su esposa no se toca. ¿Para quién iba dirigido? Principalmente para Liam. Ese malnacido no ha dado señales desde el ataque. Y aunque el silencio debería ser un alivio, en realidad me mantiene con los nervios de punta. Como si todos sus enemigos estuvieran agazapados, esperando el momento perfecto para asestar su golpe maestro.
Y hablando de enemigos… Viviana también ha desaparecido del mapa desde que perdió la discusión conmigo frente a Damon. Qué lástima, seguro se le atragantó el orgullo. Esa mujer, que prefirió apoyar a su esposo traidor y pintarse de víctima mientras intentaba dejarme a mí como la culpable de todo, qué descaro. Pero no tengo energía para odiarla, no ahora.
Desde mi encuentro con Tom no supe nada más.