CEO, ¡te equivocaste de esposa!

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Resumen
Índice

Luciana perdió a su madre a una edad temprana, y su padre se volvió a casar rápidamente con una mujer que trajo consigo a Mónica, su hija ilegítima. Desde entonces, su vida se convirtió en un tormento bajo la crueldad de su madrastra, quien no solo la maltrataba a ella, sino también a Pedro, su hermano menor, quien sufre de autismo. Desesperada por conseguir dinero para el tratamiento médico de su hermano, Luciana se ve obligada a seguir las órdenes de su madrastra y sustituir a Mónica para vender su cuerpo a un hombre repugnante. Sin embargo, en su nerviosismo, Luciana se equivoca de habitación y se encuentra con un hombre que había sido drogado. En la oscuridad, ese hombre siente una conexión especial con ella, que lo convence de que ha encontrado a su amor destinada. Pero al día siguiente, una serie de malentendidos lo lleva a confundir a Luciana con otra persona, y le promete matrimonio a la chica equivocada. Mientras tanto, Luciana descubre que ha quedado embarazada… ¿Qué destino le espera a Luciana junto a Alejandro, el hombre con quien estaba comprometida desde su niñez? ¿Podrá este encuentro accidental transformarse en un amor idílico, o el pasado y los malentendidos serán demasiado fuertes para superarlos?

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Capítulo 1

Capítulo 1

Eran las diez de la noche en el Hotel Real.

Luciana Herrera miró el número en la puerta: la suite presidencial 7203, confirmando que esa era, en el mismo momento en el que su teléfono comenzó a sonar. Era un mensaje de WhatsApp de su padre, Ricardo Herrera.

«Si puedes complacer al señor Méndez, tu madrastra pagará el tratamiento de tu hermano».

Después de leerlo, Luciana no mostró ninguna expresión en su pálido rostro.

Ya estaba tan adormecida, y era incapaz de sentir dolor en su corazón.

Desde que su padre se había vuelto a casar con Clara Soler, a su padre no le importaban ella ni su hermano en absoluto. Por eso su madrastra los había maltratando sin escrúpulos durante estos años.

La falta de ropa y de comida era lo mínimo; ya que las palizas e insultos eran el pan de cada día.

Y, esta vez, debido a las deudas de negocio, su padre la había obligado a… acostarse con un desconocido. En principio, Luciana se negó rotundamente, pero, al hacerlo, también logró que su padre y su madrastra cortaran los tratamientos de su hermano, en un intento de forzarla.

Pedro tenía autismo, y era crucial que su tratamiento continuara sin interrupciones.

Ni siquiera una tigresa atacaría a sus crías, pero Ricardo… ¡era peor que una bestia! Y, por su hermano, Luciana supo que no le quedaba otra opción…

Frente a la puerta, Luciana respiró hondo y levantó la mano para tocar. Pero, dado que la puerta no estaba completamente cerrada, esta se abrió con un ligero empujón.

Luciana parpadeó un par de veces. La habitación estaba a oscuras, envuelta en la total negrura, por lo que no pudo evitar fruncir el ceño mientras se adentraba a tientas.

—Señor Méndez, ya estoy aquí, eh…

De repente, un brazo fuerte la agarró del cuello y la empujó contra la pared. Su espalda chocó con fuerza y una intensa presencia masculina la envolvió al instante.

—¿Qué me has hecho? —preguntó la voz grave y furiosa del hombre, mientras apretaba su agarre.

La mente de Luciana se quedó en blanco, sin entender la situación.

Con la garganta apretada, sacudió la cabeza y, con dificultad logró, responder:

—Yo… no, no he hecho nada… no lo sé…

De repente, la mano que la sujetaba del cuello se aflojó, pero el hombre la agarró por la cintura, acercándola a él. Y Luciana pudo sentir claramente los firmes músculos del hombre contra su cuerpo.

No podía verlo, pero sentía que su cuerpo se encontraba a una temperatura anormalmente alta. Tanto así que, incluso, cuando habló, su aliento era demasiado cálido.

—Te doy una oportunidad, ¡empújame y lárgate ya!

Luciana abrió los ojos, sorprendida. ¿En serio quería que se fuera?

¿El señor Méndez no estaba satisfecho con su actitud, pensaba que no era lo suficientemente proactiva? No, no podía ser. Ella no podía irse. Su hermano dependía de aquello. Ya había llegado tan lejos que no tenía sentido dudar ahora. Tenía que cumplir con su objetivo, fuera como fuese.

—No me voy, esta noche… soy tuya —dijo Luciana, rodeando el cuello del hombre con sus brazos, mientras se ponía de puntillas y, a tientas, buscó sus labios para besarlo. Era torpe e inexperta.

El cuerpo del hombre se estremeció, y los labios suaves y fríos de Luciana borraron cualquier rastro de su autocontrol.

—¿Eres pura?

La respiración del hombre se volvió cada vez más pesada, conteniendo el dolor.

Luciana, tragándose la humillación, cerró los ojos y respondió con los labios temblorosos.

—Sí…

—Será mejor que estés diciendo la verdad.

Dicho esto, la levantó en brazos y la arrojó sobre la cama, colocándose sobre ella de inmediato.

—Buena chica, después de esta noche, serás mía.

Sus manos firmes la sujetaron por la cintura, hundiéndola en las sábanas, mientras hablaba con voz ronca.

Un aluvión de besos ardientes cayó sobre ella…

La vergüenza se mezcló con el dolor, y Luciana cerró los ojos apretando los labios…

Poco a poco, ya no pudo soportarlo más, y comenzó a llorar y a suplicar, pero el hombre no la escuchó, intensificando sus movimientos cada vez más, como si no se agotara nunca.

Toda la noche, una y otra vez…

Luciana despertó por el dolor.

Estaba atrapada en los brazos del hombre, que olía ligeramente a tabaco, mezclado con un aroma de una colonia de menta, sumamente agradable.

Luciana intentó levantarse, pero el brazo que la rodeaba la mantuvo en su lugar.

—¿Estás despierta?

El hombre se dio la vuelta y se colocó sobre ella, asustando a Luciana, quien no se atrevió a moverse.

—Me alegra que no me mintieras. Eres una buena chica. Ahora eres mía.

Sus dedos fríos recorrieron la mejilla de Luciana, mientras su voz transmitía satisfacción.

—¿Nos bañamos juntos? ¿Puedes caminar sola o prefieres que te lleve?

—¿Eh?

Luciana, aterrada, apretó las manos con fuerza, y se apresuró a rechazar.

—No, no hace falta… ve tú primero…

El hombre se rio, pensando que ella se sentía avergonzada, y no insistió.

—Está bien, me baño yo primero —respondió él y le pellizcó la mejilla, antes de levantarse de la cama—. Espérame aquí.

¿Esperarlo? ¿Estaba loco? ¿Acaso no había sido suficiente con la tortura que había tenido que soportar durante toda la noche?

Cuando las luces del baño se encendieron y por fin ya no estaba todo en penumbras, Luciana se incorporó, rápidamente.

—¡Ah!

Al moverse, sintió un dolor agudo en cierta parte de su cuerpo, por lo que pensó que podía estar herida.

Sin tiempo para preocuparse, con la ayuda de la luz que salía del baño, recogió su ropa del suelo, y, aguantando el dolor, se vistió rápidamente. Tras lo cual, aprovechó que el hombre aún no salía y corrió fuera de la habitación.

Apenas salió del hotel, su teléfono sonó. Luciana lo tomó y deslizó en la pantalla la opción para atender, llevándose el móvil rápidamente a la oreja, mientras decía.

—Ya hice lo que querían, la cuenta del tratamiento de Pedrito…

—¡Maldita niña! ¿Te estás burlando de nosotros? —gritó Clara, su madrastra, completamente furiosa, al otro lado de la línea.

—¿Dónde estuviste toda la noche? Prometiste que irías a acostarte con el señor Méndez en lugar de Mónica, ¡lo dijiste tú misma! ¿Y todavía tienes el descaro de pedirme el dinero para el tratamiento del idiota de tu hermano?

Luciana soltó una risa sarcástica.

—Cuando me fui, el señor Méndez estaba en la ducha, ¿quieres hacerte la desentendida?

—¡Mentira! —exclamó Clara fuera de sí—. ¡Vuelve ahora mismo! Si haces enojar al señor Méndez, ¿quién pagará las deudas?

Dicho esto, cortó la llamada abruptamente.

Luciana se quedó atónita. Clara no parecía estar bromeando, pero anoche… ¿Acaso el hombre con el que había estado la noche anterior no era el señor Méndez? Y si la respuesta era no, entonces, ¿quién era?

¿Qué demonios estaba pasando?

***

Dentro del hotel, Sergio López entró a la habitación, corrió las cortinas, y la luz tenue del amanecer se coló por la ventana.

El sonido del agua en la ducha se detuvo y, pronto, Alejandro Guzmán salió del baño con una toalla en torno a su cintura.

Su figura era alta y esbelta, de hombros anchos y caderas estrechas, con el cuerpo masculino digno de un modelo. Sus rasgos eran refinados y profundos, con una leve pereza después de la satisfacción.

Rápidamente, le echó un vistazo a Sergio y luego miró alrededor, buscando a la chica, a quien no vio por ningún lado.

—¿Dónde está? —preguntó, frunciendo el ceño.

Sergio se sorprendió por un momento, antes de sacudir la cabeza y responder:

—No había nadie cuando entré.

Los labios de Alejandro se curvaron mientras su mirada se posaba en la mancha roja brillante sobre las sábanas blancas, entrecerrando los ojos despreocupadamente.

—¿Se fue?

«¿Acaso no le dije que me esperara?», pensó. «¡Qué desobediente!»

Pensando en esto, sacudió la cabeza y esbozó una sonrisa.

Desde que llegó a la adultez, le habían enviado muchas mujeres a su cama, pero solo esta vez había sido «un éxito».

Alguien le había dado una droga, y había funcionado. Pero ¿acaso había sido la chica o todo era culpa de la droga?

—Sergio, investiga lo que pasó anoche, y encuentra a esa chica.
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Margarita Moreno Orellana
Se supone que está novela ya término en otros idiomas ,creo que la persona que la está escribiendo acá ,la va traduciendo y ahí nos hace entrega de 4 capítulos diarios.yo lo busque en chino y son los mismos personajes y trama pero continuar traduciendo se necesita mucho tiempo...
2025-08-05 09:16:17
2
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Emilia Mederos Jiménez
Yo entiendo hasta que Luciana no quiera perdonar a Alejandro pero que no le diga que Alba es su hija...alguien sabe el porqué.
2025-08-05 07:03:50
1
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Aida Gagliarde
ya es hora que Alejsndro se entere que Alba es su hija,muy larga la novela para mi gusto...muchas vueltas
2025-08-04 20:42:30
3
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Sara Yanes
Aquí ni aceptan comentarios sin las 5 estrellas, pero es un asco de historia
2025-08-04 18:44:03
4
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Alicia
le voy a dejar las 5 estrellas pero que fiasco....no estaba mal la novela, estaba interesante pero la echaron aperder...lo siento si no les gusta, pero asi es
2025-08-04 12:15:04
3
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Alicia
que paso???????? no duro ni 30 segundos mi comentario
2025-08-04 12:13:38
0
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Emilia Mederos Jiménez
A Luciana le sucede de todo ...ahora estará obligada a casarse con Fernando...nunca desistí de leer aún con los enredos pero esto le puso la tapa al pomo...no pueden los autores dar fin a una novela cuando los recursos se han agotado....Qué frustración tan grande no dan ganas de seguir leyendo
2025-08-04 02:54:36
9
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Chuchis RRM.
Dejemos de leerla ya paraque la termine el escritor
2025-08-03 23:49:17
5
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Carolina Romero
es así tanto enredo le quita el brillo a la historia
2025-08-01 04:39:01
7
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Lib
Déjenme de joder, la Juana lo hace a propósito....todo lo que dijo fue por pura intención, ¿cómo no se va a dar cuenta de que está hechando sal a la herida?
2025-07-31 19:35:35
7
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Erika Garcia
es bonita la historia pero los dramas son el pan de cada rato y lo mismo lo único que cambio es que ahora Alejandro es más consciente de no hacerle daño, autor debería dejar tanto drama de ellos días y centrarse en el hermano y el papá pero sin alargar más
2025-07-31 05:42:41
4
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Viviana Guerra
huy SII, y está bueno tanto enredo, vas a hacer que pierda la belleza la novela. no hay porque dañar lo bonito
2025-07-31 03:09:32
7
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jeannettediaz918
Por favor , nuevamente aparece "Juana" y como siempre la boba de Luciana quiere hacerse a un lado otra vez. Ya no sigas poniendo obstáculos en la trama , hubieron más que suficiente porque esta trama esta hecha de puros malos intendidos. Ya quiero que Alejandro y Luciana sean felices. No sigas
2025-07-30 10:34:47
8
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Fatyma Gutierrez
les faltan algunos 500 capitulos más ...
2025-07-28 13:47:09
3
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Aida Gagliarde
sugerencia ,muy bueno pero ya.podria revelarse que Alejandro ea el padre y terminar la novela ,muy retorcida
2025-07-27 23:52:52
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