Un Momento Interrumpido
Helena, jugaba con la base de su copa de vino mientras sonreía con esa expresión cautivadora que, sin darse cuenta, ya lo tenía atrapado. Alexander la observaba desde el otro lado de la mesa, su mirada recorriéndola con la familiaridad de un hombre que ya se sabía dueño de cada pequeño gesto suyo. Y sin embargo, había algo diferente esta noche. Algo que lo inquietaba.
No era solo el hecho de que Helena estaba más radiante que nunca, o que su risa se sentía como una melodía grabada en su memoria. Era el peso de una realización que había estado ignorando durante semanas: no quería que esto terminara.
El acuerdo decía que su matrimonio duraría el tiempo suficiente para cumplir con su propósito. Se había convencido de que, cuando llegara el momento, la dejaría ir con la misma frialdad con la que