Sorpresa Inesperada
Maggie entró a la habitación donde estaba la familia reunida con paso firme, pero su rostro no reflejaba la alegría que sus amigos esperaban. Su expresión era un tanto oscura y en sus ojos brillaba una mezcla de frustración y malestar. Los demás la miraron al instante, sus sonrisas desapareciendo al notar que algo no iba bien.
- ¿Qué te pasa, Maggie? - preguntó Luisa, alzando una ceja, mientras todos los ojos se dirigían hacia ella.
Maggie dejó escapar un suspiro y luego habló, su voz cargada de desdén:
- Vomité todo lo que había comido. Eso, después de... tomar ese café raro que me diste. - dijo, mirando con una expresión fulminante a James. - ¿Qué diablos le pusiste al café? ¡Sabía horrible!
- Es tu café favorito. El que tomas siempre. - le dijo confundido.
- Maldición…
La palabra quedó suspendida en el aire mientras Maggie miraba fijamente a Lorenzo. Él, que se había acercado un poco a ella con la intención de calmarla, pero se detuvo a medio camino.
- Oh, Dios.