Damián
—¿Dónde está? ¿Dónde está?
Seguía su olor y no podía entender cómo había corrido tan rápido. Recordaba la mirada que me dio mi padre y también la de Connie. Todo esto fue un error.
—Está desesperada por lo que hiciste, nunca la vamos a recuperar —decía mi lobo, aterrado.
—Se fue por el túnel donde la encontramos la última vez —indicó Octavio. No, no puede ser.
—Envía a todos los guerreros. Contacta a los centinelas de afuera. Tiene que salir, tiene que…
—Alfa, los túneles aún son peligrosos. No sabemos qué puede suceder —respondió mi beta, y solo encontraba una solución.
—Tengo que ir para allá —dije, saliendo de la biblioteca.
Escuchaba murmullos y hasta gritos, pero simplemente no podía pensar. Cuando alguien me tomó del brazo y me volteó con fuerza, me encontré con la mirada furiosa de Eva. Era la misma cara que ponía cuando estaba en una batalla y se enfrentaba a un enemigo que odiaba terriblemente.
—¿Me puedes explicar qué demonios fue eso? ¿Cómo es que tenías a una mate…