Damián
Mis suposiciones eran ciertas.
—Ella está aquí —susurró Ronan, alterado. Quería salir a buscarla por todas partes, destrozar esta endemoniada manada.
—¿Es verdad que has puesto en riesgo nuestra alianza y tu compromiso con mi hija porque encontraste a tu mate destinada? —preguntó el alfa, molesto.
—Las mentiras se acaban ahora —resopló Ronan.No tenía sentido negarlo.
—No puedo seguir con el compromiso, nuestro acuerdo se rompe —dije firme, y escuché murmullos.
—¿Cómo te atreves? —preguntó Pascal furioso. los guerreros sacaron sus lanzas, esto se iba a salir de las manos.
—Es mi mate destinada, no tengo otra opción. Y no quiero otra opción. Ella es mía, mi Luna —rugí. Los ojos de Connie se abrieron de par en par. Vi su decepción.
—¡Sabes que no creemos en semejantes estupideces! ¡Teníamos un trato, Damián! Yo te iba a ayudar con Sombras de la Noche y tú aceptarías a mi hija. Ella sería Luna de Ciudad Ónix y también de Sombras de la Noche. ¿Me quieres decir que nada de eso es im