Sonia Halls había subido a su auto, a la mañana siguiente. Preparaba y revisaba que todo lo que ocuparía este día, estuviera en su auto, solo le faltaba su café para comenzar el día con el pie derecho.

Justo cuando arrancaría, el auto negro de Levi King se detuvo, contándole el paso.

— ¿Qué le pasa a este hombre? ¡Dios mio!

Sonia apagó el auto y bajó, demasiado enojada con él. A veces le impresiona que tan lejos llegaba el director para hacerla enojar.

— ¡Casi chocamos! —le grita Sonia para al menos hacerlo reflexionar.

— ¿Has hablado con Verónica? —preguntó del golpe, con el ceño fruncido.

— No, no me ha contestado desde ayer. ¿Por qué?

— Habla con ella, ayer la policía la fue a buscar y se la llevaron.

Sonia notó gran preocupación en Levi, preocupación que nunca antes había visto. Realmente el hombre seguía enamorado de su mejor amiga.

— Pero ya no tiene nada que ver con la policía, su caso fue resuelto a su favor. ¿Por qué se la llevarían?

— Pusieron u