11. ERROR GRAVE
Dominico Dixon pisa el acelerador de su coche deportivo, sintiendo la adrenalina aún corriendo por sus venas.
Diana está sentada a su lado, temblando de miedo y con la respiración completamente entrecortada.
Él ha salvado a su prometida, Diana, pero el peligro de los cobradores aún los persigue en la noche.
—Cálmate, Diana. Ya estás a salvo conmigo. Esos idiotas no se atreven a seguirme más allá de mi límite —dice Dom, su voz es grave y autoritaria.
—¿A dónde vamos, Dominico? ¿Por qué me trajiste a tu coche? ¡No quiero problemas con Mikkel! —pregunta Diana con un pánico real en su alma.
—A mi departamento. Es el único lugar seguro de toda la ciudad, y lo sabes. Nadie nos encontrará ahí ahora mismo.
Dom conduce hacia su ático de soltero, un santuario de lujo y de privacidad absoluta en la gran ciudad.
Cuando llegan, él la saca del coche y la guía rápidamente a través del lobby de lujo y sin vigilancia.
Suben en el ascensor privado, y la tensión entre los dos es tan dens