100. RECTA FINAL. QUINTA TEMPORADA.
La brisa de Crystal Waters le dio la bienvenida. Verónica respiró hondo, un olor a casa y a normalidad que le había sido negado. Estaba agotada, pero la tranquilidad del apartamento era un bálsamo.
Había dejado la clínica apenas unas horas antes, sintiendo la tensión de las despedidas. Alexander, eufórico y arrepentido, y Dominico, devastado y sincero.
Al cruzar el umbral, el caos amoroso del último año pareció evaporarse. Sonia y Helena la esperaban, y la visión de su sobrino, Mikkel, corrió para abrazarla.
—¡Ti...a! —gritó el niño, aferrándose a su cintura.
Ella se agachó, abrazándolo con una fuerza renovada. Bajó a Dom en su porta bebé al suelo, para que el pequeño Mikkel pudise verlo.
—Mi amor, estoy bien. Ya volví a casa —murmuró, besando su cabello.
Sonia y Helena observaban la escena con los ojos vidriosos. La preocupación reciente se disolvía en alivio.
—Nunca vuelvas a asustarnos así, Verónica —dijo Sonia, dándole un abrazo apretado al levantarse.
Helena asin