Wow. ¡Qué casa!
Nada más y nada menos que estamos en una bella y enorme casa de Tres Marías. Creo que esta debe ser la mansión de un político o empresario, lo veo por la elegancia de la fachada.
A pesar de sentirse el aire fresco, típico del lugar, el sol calienta bastante. Estamos algo alejados de la parte más urbanizada, se ve que buscaron un lugar apartado para construir esta vivienda. Se le nota cálida, de piedras grandes, volcánicas, pero con estilo un tanto español.
Armando se ha mantenido serio y callado durante la última parte del camino. En la entrada no hizo falta ninguna identificación, al parecer es visitante asiduo ya que los de seguridad inclinaron sus gorras en señal de saludo.
Tras terminar la glorieta, Armando apaga el auto y baja, yo hago lo mismo.
-Señor, buenos días. Su hermana está en el jardín trasero, ya le avise de su llegada -contesta el asistente que nos recibe en el portón, uniformado de negro pero sin llegar a smoking, es algo más relajado y cómodo.
-Gracia