-Por favor, amor... Dime que sí vienes armada hoy –me pregunta Armando con la voz baja.
-Sí, no te preocupes. Pero no creí necesario sacarla... Aunque ganas tenía.
-Pero ahora, ¿qué pasó? –pregunta extrañado Gerardo.
-Ni idea. Mauricio no me adelantó nada que se iba o algo así –les digo a mis compañeros.
-No creo que te fuera a contar, Carito –siento una ligera burla de Gerardo hacia mi comentario inocente -, si se fuera a pelar no le diría a nadie. Menos a la mujer que lo está siguiendo.
Trato de contestar, pero no puedo. Tiene razón.
-Esto es muy raro... Si su tío no supiera que lo estamos investigando, Mauricio seguiría en el hotel tranquilamente. Ahora, si su tío lo quisiera eliminar por lo de la investigación infiltrada, Mauricio no hubiera podido huir porque no sabría las intenciones de don Enrique. Pongamos que él mismo lo mató, ¿por qué vendría contigo, agente de la FGR, a pedir ayuda? –reflexiona Armando en voz alta.
-Tal vez es su forma de protegerse...Su coartada, digamos